Los Merodeadores: Primer Año

Como Piensan los Slytherins

Severus estaba de pie frente a la puerta del salón de Defensa Contra las Artes Oscuras cuando Lily salió después de ayudar al profesor Tutman a guardar los instrumentos. Ella se pausó en el marco de la puerta y lo miró fijamente por un momento, luego suspiró e hizo su camino lejos de él. Seguía molesta por la forma en la que él había actuado la otra mañana, cuando ella fue a la mesa de Slytherin. Ahora él fue tras ella, sus túnicas ondeando en sus tobillos, un poco cortas para su estatura ya que habían sido comprados de segunda mano. El sonido del movimiento de la tela molestaba a Lily más de lo que debería. Sin embargo, la mayoría de las cosas relacionadas con Severus Snape la molestarían en ese momento.

-Lily –suplicó –Espera un minuto... Vamos, Lily... Hablar conmigo es lo menos que puedes hacer.

Se detuvo al final del corredor y se dio la vuelta para encararlo, haciéndolo detenerse rápidamente antes de chocar con ella.

-Sev, no entiendo porque actúas como si hubiera sido yo la que se equivocó –dijo ella.

-Porque has estado ignorándome –contestó él, enojado- Por días.

-¡Porque actuaste como un idiota cuando fui a verte! –Chilló- Estaba preocupada por ti y tú me dijiste que me largara, actuaste como si no fuésemos amigos, como si estuvieses molesto conmigo –Lily negó con la cabeza- Eso no es justo, Sev.

-Lo siento –dijo con honestidad- Mira, es difícil, ¿okey? No espero que lo entiendas. Gryffindor es diferente a Slytherin.

-Por lo menos tú no estás solo –dijo ella- Yo estoy completamente sola en Gryffindor, sin nadie más que esos chicos estúpidos del tren. Traté de verte a ti, a mi mejor amigo, ¡y tú me corriste!

-Porque ellos no entienden lo que somos, Lily –dijo Severus en voz baja- Ninguno de los Slytherin lo entienden.

-¿Entender qué? ¿Qué somos, Severus? –demandó Lily.

Él sintió como su cara se enrojecía y dudó. Si ella no sabía... Si ella le estaba preguntando... Se preguntó si él había estado imaginando todo, todo este tiempo. ¿Estaba preocupado por lo que la gente diría de él enamorándose de una sangre sucia por nada? ¿Ella no sentía lo mismo que él, como si fuese su futuro entero? Él la miró con oscuros ojos verdes, casi negros.

-Lily... ¿No somos...? ¿No somos...? ya sabes, ¿mejores amigos? –preguntó él.

Lily respiró profundo. –Sí, lo somos. Tú lo sabes –se había asustado de que él fuese a sugerir algo más, algo que ella no estaba segura si honestamente sentía.

-No puedo explicarle eso a los de Slytherin –dijo él.

-¿Por qué?

-Porque... -dudó- Lily, mira, toda esa cosa de la purificación de la sangre... He tratado de contarte sobre eso, pero... No sé. No creo que te lo haya contado bien. Los magos son muy extraños sobre el estatus de sangre de las personas que los rodean, Lily. Si una persona no es sangre pura, los magos se vuelven locos por eso. Te dije que mi mamá no es cercana a su familia y es porque ella se casó con un muggle –Severus la miró, implorando que entendiera.

-¿Qué tiene que ver casarse con un muggle con esto? –preguntó Lily.

-Bueno, no casarse, obviamente –dijo Severus, sintiendo como su corazón se aceleraba- Sólo que, ellos se dan cuenta de cosas como esas... Como con quienes convives y eso.

-¿Entonces tienes miedo de lo que las personas dirán por ser mi amigo porque mis padres son muggles? –Demandó ella- ¿Crees que soy inferior por ser hija de un par de muggles? ¿Lo crees?