Ofensor, Bilius Weasley

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Después de alejarse de Severus, Lily se dio cuenta de que la primera clase de la mañana era doble, por lo tanto no tenía nada que hacer hasta el almuerzo, así que fue de vuelta a la sala común de Gryffindor en un intento de mantenerse lejos de la profesora McGonagall hasta encontrar una excusa por haberse saltado Defensa Contra las Artes Oscuras el primer día de clases después de las vacaciones. Sólo fue la mitad de impresionante cuando el retrato de la Dama Gorda se abrió y reveló a James y Sirius tirados en la alfombra al frente de la chimenea con montones de pergaminos a su alrededor. Después de todo, Severus le había dicho que ellos se habían saltado clases, sólo que ella no le había creído.

-Esto es jodidamente brillante... Mira esto, un hechizo pegamento –murmuró James, señalando uno de los papeles- Gludiutirnus. Lo usó para pegar dibujos por toda la escuela en su tercer año.

-¿Dibujos de qué? –preguntó Sirius.

-No dice.

Lily se aclaró la garganta.

Ambos la miraron con sorpresa.

-¿Qué estás haciendo aquí? –demandó Sirius al mismo tiempo que James escondía algo plateado bajo su pecho.

-¿Qué hacen ustedes aquí? –preguntó ella.

-Sirius estaba enfermo –respondió James rápidamente.

Lily se mantuvo de pie cerca del retrato, estudiándolos, dudando si debía investigar más.

-¿Por qué no estás en clase? –preguntó Sirius.

-Estaba enferma –dijo Lily. Su mentira era tan obvia como la de ellos, pensó ella, y ahora todos estaban forzados a ser una cuartada el uno para el otro. Ninguno podría revelar que el otro había faltado a clases sin revelarse a ellos mismos.

Lily dio un paso más cerca. -¿Qué están haciendo? –preguntó.

Sirius esparció sus brazos encima de los pergaminos más cercanos a él.

-Nada –respondieron ambos exactamente al mismo tiempo.

Lily alzó una ceja. –Tonterías –dijo- Puedo ver que están tramando algo, no soy estúpida.

Sirius miró a James y luego a Lily. –Eres demasiado santurrona para esto –dijo él.

-No soy una santurrona –espetó Lily ceñuda.

-Lo eres –replicó James- Una mirada y probablemente corras a acusarnos con McGonagall.

-Mantén tus narices fuera de nuestros asuntos –añadió Sirius.

Lily posó una mano en su cadera. –Entonces si están tramando algo –dijo ella.

James miró a Sirius.

Sirius miró a Lily fijamente, y sus ojos se encontraron. Comenzaron un concurso de miradas, ambos negándose a apartar la vista. James se quitó sus gafas y frotó sus ojos. Finalmente, Sirius estornudó y rompió el duelo, haciendo de Lily la ganadora, y ella tomó eso como su oportunidad para acercarse e inspeccionar lo que estaban tramando. Se sentó a un lado, su espalda contra una silla y tomó el pedazo de pergamino más próximo a ella.

-Ofensor, Bilius Weasley, Gryffindor de tercer año. Ofensa: Encantar las armaduras para que gritaran insinuaciones a las brujas que pasaran. Castigo: Detención Limpiar las armaduras por una semana –Lily alzó la vista- Es la carpeta de Bilius Weasley. Realmente estuvieron en la oficina de Filch, entonces.

Sirius y James intercambiaron miradas, luego la miraron con expresiones de curiosidad.

-Severus dijo que estuvieron ahí y no le creí –explicó ella- Pero sí estuvieron. ¿Entonces, como se hicieron invisibles?

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora