Serio Sirius

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-¡Sirius, espera! –James trotaba, salpicando sus zapatos contra el césped mojado y el lodo hasta que pudo alcanzar a Sirius. Corrió una mano por su cabello mientras disminuía la velocidad para caminar junto a su amigo, sus dedos exprimieron las puntas de su cabello, dejando caer chorros de agua por su frente. Ninguno de los dos dijo nada por al menos cien pasos, hasta que estuvieron cerca de la cabaña de Hagrid, de la cual salía humo por la chimenea. Se pausaron ahí, Sirius sentándose sobre una de las grandes rocas que Hagrid usaba para marcar el límite su terreno. Ambos se quedaron en silencio por un momento, hasta que:

-No era enserio sobre lo de el Señor Tenebroso y el Bosque Prohibido, ¿cierto? –preguntó James.

Sirius había estado mirando sus dedos y alzó la mirada por la pregunta.

-Claro que fui serio –respondió.

James respiró profundo.

-Toda mi vida, James, he crecido escuchando lo brillante que es Voldemort y cómo mis padres querían que yo siguiera sus pasos y me convirtiera en Mortífago. Me hicieron creer que no sería un buen mago hasta que odiara a los muggles, hijos de muggles, híbridos, traidores de la sangre o cualquier otra cosa que no pensara como ellos. Bueno, es completamente estúpido todo eso, y ahora que estoy en Hogwarts sé mejor que nunca el odio y la crueldad a la que se aferraron. Pero también sé ahora que todo lo que se requiere es un par de las palabras correctas con carisma y cualquiera creerá en eso. Sé que la persona que lidera todo esto le lavaría el cerebro a cualquiera y sería capaz de convencer a un número increíble de personas para que crean en toda esta estupidez. Y no deberían tener permitido hacer eso. Pero si nadie hace ni una bendita cosa para detener a Quien Tu Sabes... Bueno, no sólo va a pasar, sino que el bien será opacado por el mal y todo el mundo comenzará a pensar como ellos. Cuando te des cuenta, habrá muertes... -Sirius negó con la cabeza- Si Dumbledore y Moody quieren pasar por alto la verdad, pueden hacerlo. Pero yo no puedo, James. Simplemente, no puedo. Y si hay alguna cosa en este mundo que pueda hacer para evitar que esto suceda... Cualquier cosa que pueda intentar, sin importar lo descabellado que sea, voy a hacerlo. Voy a intentar de todo hasta que él sea detenido. Y si eso significa que tenga que morir en el intento, pues que así sea...No quiero vivir en un mundo donde Voldemort controle todo. Ya lo he experimentado. Lo he vivido cada día de mi vida en el Número 12 de Grimmauld Place. No dejaré que eso pase.

El silencio reinó entre ellos una vez mas mientras las palabras de Sirius eran procesadas.

James se sentó junto a Sirius, de manera que sus hombros se tocaban y los zapatos de James estaba lado a lado con los de Sirius. Luego de una pausa, en la cual ambos miraban sus zapatos, James dijo:

-¿Entonces, lo aturdimos al mismo tiempo, dices?

Sirius miró a su hombro derecho para observar el rostro de James.

-Cuatro hechizos aturdidores al mismo tiempo deben ser suficientes para capturarlo, ¿no crees?

-Tal vez –acordó James, asintiendo con la cabeza. Se mordió el labio y luego se dio la vuelta de manera que estaba sentado a horcajadas sobre la roca, encarando a Sirius- Muy bien. Entonces, ¿Cómo hacemos esto?

-Llevamos el espejo al Bosque Prohibido, a la distancia que sea necesaria para salirnos de los límites de Hogwarts. ¿Seguro hay un mapa del límite en algún lugar? Y luego... Bueno... -rascó su barbilla.

-Simplemente lo convocamos, una vez que estemos todos en formación y listos para hacer lo que tengamos que hacer, ¿sí? –James reunió cada pizca de valentía en su interior para mantener su voz tan calmada como fuera posible mientras hablaba. Incluso hablar del Señor Tenebroso hacía que su estomago se retorciera.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora