Reunión de Media Noche con El Señor Tenebroso

1.6K 152 11
                                    

Incluso cuando Severus no sabía que había estado haciendo Sirius Black en los vestidores de Slytherin, estaba seguro de algo: definitivamente había una mirada de malas intenciones en él cuando volvió de los vestidores. Lo que sea que estuviese haciendo dentro, Sirius no quería que Madame Hooch lo supiera, lo cual hizo despertar las sospechas de Severus. Si Sirius Black se había pasado de la línea, entonces Severus necesitaba saberlo para poder tener algo que usar contra Sirius la próxima vez que se burlara de él. Así que Severus decidió en ese instante, cuando los chicos se separaron en la entrada del Gran Comedor y observó a Sirius caminar con un pavoneo casi tan arrogante como el de James Potter, que estaría observando a los cuatro Gryffindors muy de cerca. Cualquier cosa que notara sobre ellos sería usado en defensa contra ellos cuando traten de torturarlo en el futuro.

Era una de las cosas en las que Severus tenía talento, en el arte de sobornar. Después de todo, había crecido con los dos mejores en el oficio: Su madre y padre. Eileen y Tobias habían sido muy cuidadosos sobornándose el uno al otro cada día desde que Severus podía recordar. Ni Tobias ni Eileen se habían amado en años, pero se mantuvieron juntos por la telaraña de secretos y mentiras que habían construido, tan profunda que ninguno de ellos pudo separarse fácilmente del otro sin perder el control. Toda la vida, Severus había vivido en una casa de cartas.

Pero eso lo había hecho el maestro de las fachadas, de las caras sin expresiones y dobles sentidos. Era un talento del que estaba bastante orgulloso.

Esa noche, Severus yacía despierto en su cama de dormitorio, mirando al techo de su cama de dosel, escuchando los sonidos de la noche que lo rodeaban. Un ronquido aquí, una manta pateada por allá. Respiró profundo, deseando ser capaz de quedarse dormido. La preocupación de tener otros locos sueños mezclados le alteraba los nervios ahora que sospechaba que eran sueños de otras personas, e incluso si cerraba los ojos, todo lo que podía hacer era yacer ahí y preocuparse.

Finalmente decidió que acostarse en la oscuridad no le estaba haciendo ningún bien, así que se levantó, se colocó su túnica de pijama y unas pantuflas y salió del dormitorio, siendo cuidadoso al cerrar la puerta con silencio. Sólo había planeado ir a la sala común y leer, pero cuando llegó al suelo ante las puertas que llevaban a los dormitorios, se detuvo y se agachó.

En la sala común estaba Lucius Malfoy con algunos otros, incluyendo el mayor de los hermanos Mulciber y Walden McNair. Estaban todos reunidos frente a la chimenea y en las llameantes cenizas había una cara: Una cara como ninguna que Severus hubiera visto antes. Los rasgos eran de un hombre apuesto, pero los detalles estaban comenzando a borrarse y lo que una vez probablemente fue el rostro de una persona bien parecida, ahora era más como una figura grotesca. Sintió como su garganta se estrechaba y agarró la baranda de la escalera con los ojos muy abiertos.

Había visto a personas comunicarse por red floo antes, pero había algo obsceno y clandestino sobre la escena frente a Severus y eso lo hizo sentir extraño, como si estuviese siendo algo que no debía.

-Señor –estaba diciendo Lucius Malfoy, haciendo una reverencia tan baja que su nariz casi toca la alfombra.

Los otros dos también hicieron una reverencia.

-Dime, Lucius, -dijo una baja, mística voz- ¿cómo va tu pequeña reunión con los estudiantes de Hogwarts?

Lucius parecía estar denigrándose. –Muy bien, mi señor, muy bien. Casi toda la casa apareció... Todos interesados en ayudarlo a purificar la raza mágica, mi señor.

-Ya veo... -musitó la voz. Severus se dio cuenta, la manera en la que Lucius seguía diciendo "mi señor" que esa cara en el fuego debía ser no otro que el mismísimo Señor Tenebroso. Algo parecido al terror recorrió la columna de Severus al mismo tiempo que pensaba lo cerca que estaba de tan grande poder en ese momento... y de lo emocionado que estaba de ser capaz de escabullirse tan cerca sin ser atrapado por uno de los más poderosos magos que jamás vivió y respiró sobre la tierra- ¿Y crees que son de confiar, señor Malfoy?

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora