La Fiesta de Navidad del Club Slug

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Resultó que de todos los estudiantes del castillo, los Slytherin eran los que tenían los pensamientos más aburridos, lo cual sorprendió a Severus.

Muchos de los chicos en Slytherin parecían no tener pensamientos en lo absoluto, o al menos unos cuantos tontos. Severus pasaba cada almuerzo en el Gran Comedor como una oportunidad para practicar entrar en una nueva mente, haciéndose mejor en escuchar cada vez que lo intentaba. Descubrió rápidamente que los Ravenclaws siempre estaban pensando en clases o acertijos difíciles y retos rápidos y los Hufflepuffs con frecuencia contemplaban las causas humanitarias o los chismes que rondaban en la escuela. Intentó evitar que sus habilidades se extendieran a la mesa de Gyffindor, ya que la mayoría de sus pensamientos eran sobre Quidditch o tropezaba con los pensamientos de James sobre Lily, lo cual era peor.

Escuchar a James pensar en Lily era, mentalmente, el equivalente a pisar un charco de agua helada sin saber que estaba ahí. Pero mientras noviembre transcurría, Severus se volvió mejor evitando los pensamientos que no quería escuchar tan bien como escuchar los que sí quería. Hasta ahora, también había respetado los deseos de Lily de lo leer sus pensamientos, a pesar de sus deseos de saber que era lo que ella realmente pensaba sobre él.

Noviembre significaba clima frío y el viento silbando por las torres del castillo, congelando a los Slytherins hasta los huesos cuando estaban en la torre de astronomía con Zosma. Severus creó pequeñas llamas azules para mantenerlo cálido mientras miraban por los telescopios, rastreando varias constelaciones y marcándolas en sus pergaminos. Para la media noche, el castillo estaba cubierto con nieve que no se derritió fácilmente como una barrida, y los estudiantes estaban disfrutando sus tiempos libres jugando con ella. Personalmente, Severus odiaba la nieve, odiaba el frío en general, ya que había pasado los primeros diez años y medio de su vida viviendo en una polvorienta y fría casa vieja, congelándose todo el tiempo. Pasaba todo el tiempo en la vacía sala común para continuar estudiando sus habilidades, temiendo cada día que Lucius volviera a cuestionarlo una vez más.

Fue al final de noviembre cuando Lily lo buscó. Él estaba en la biblioteca, estudiando para un ensayo que estaba escribiendo para Pociones, cuando repentinamente ella aparece a su lado.

-Tengo una pregunta –dijo ella con simpleza.

-¿Cuál? –preguntó él.

-El profesor Slughorn tiene algo así como un club –explicó ella- y por alguna razón me unió a dicho club y dio invitaciones para una fiesta de navidad y puedo llevar un invitado. ¿Querrías ir conmigo a la fiesta?

Severus estaba sorprendido. -¿Sí? ¿No quieres invitar a Alice Bell?

-Bueno –dijo Lily- si tú dices que no, lo haré. Pero pensé que tal vez tú querrías ir conmigo.

-Sí –dijo Severus.

Lily sonrió. –Estupendo.

-¿Cuándo es? –preguntó Severus.

-El día antes de las vacaciones –respondió ella.

-De acuerdo –asintió Severus.

-Ya que estamos en esto –dijo Lily- ¿Quieres compartir un compartimiento en el Expreso también?

Severus negó con la cabeza. –No iré a casa.

-¿No irás? –Lily parecía sorprendida- ¿Por qué no?

-¿Por qué lo haría? –Preguntó Severus- Este lugar es mucho mejor que mi casa. Prefiero quedarme aquí que es cálido y hay mucha comida, en lugar de ir a casa donde tengo que escuchar a mis padres gritarse el uno al otro durante todas las vacaciones –añadió él- ¿Entonces tú si irás a casa?

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora