El Tren a Casa

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Una vez que tuvo tiempo de calmarse, Lily se sintió terrible por las cosas que le había dicho a Severus. Quería retractarse, pero no tuvo tiempo de encontrarlo (además de que no podría entrar en la sala común de Slytherin aunque lo tuviera). Los estudiantes que irían a casa durante las vacaciones tuvieron que estar en el vestíbulo de entrada a primera hora la mañana siguiente y fueron amontonados en carruajes llevados por caballos invisibles antes del desayuno.

-Pero muero de hambre –se quejó Frank Longbottom por detrás de ella y Alice Bell en la fila para esperar montarse en alguno de los carruajes.

Derek Bell pinchó su estomago con el mango de su escoba.

-Puedes soportar un par de horas con hambre, ¿o no? –bromeó con una sonrisa.

Frank rió tan fuerte como todos los demás en su pequeño grupo.

Bilius aclaró su garganta. –Pero no temas, no tendrás que hacerlo. –abrió su mochila para revelar que había hecho una visita rápida a las cocinas la noche anterior y guiñó un ojo, cerrando la mochila rápidamente antes de que la profesora McGonagall pudiera verlos.

-¡Brillante! –exclamó Derek.

Media hora después, subieron a bordo del tren y encontraron un compartimiento. Bilius distribuyó los bocadillos y comenzaron a comer mientras los demás se montaban en el tren rojo escarlata. Lily no pudo evitar echar un vistazo por la ventanilla hacia el castillo, preguntándose si Severus ya estaba despierto y si seguía enojado con ella, si seguiría enojado cuando regresara de las vacaciones. Ella suspiró, odiaba tener a alguien molesto con ella. Hasta ahora, cada vez que estaba en el Expreso de Hogwarts, había tenido ese sentimiento.

La primera vez fue Petunia y ahora Severus.

El pensamiento de Tuney hizo que el estomago de Lily se encogiera de los nervios. ¿Petunia todavía la odiaría?

-¡Hey! ¡Vengan a comerse unos bocadillos! –llamó Bilius de repente, sacudiendo una de las tartas de calabaza de su mochila.

Los ojos de Alice viajaron a Lily, lo cual hizo que Lily alzara su mirada para ver a quién llamaba Bilis y, para su horror, eran James y Sirius. Alice miró entre los dos chicos y Lily. Como la única persona en el compartimiento en saber lo que había pasado la noche anterior en la fiesta del Club Slug, sólo Alice notó la expresión de desaprobación de Lily.

Lily se cruzó de brazos.

-¡Gracias! –exclamó James, tomando una tarta de calabaza de Bilius. Saludó con la mano a Derek y sonrió a Frank, Alice y Lily, antes de sentarse a un lado de Bilius. Sirius se le unió.

-¿Creen que alguien vaya a quedarse en Hogwarts para las vacaciones? –Preguntó James- ¡Parece que cada compartimiento está lleno!

-Bueno, Remus se queda –dijo Sirius mientras alcanzaba otra de las tartas que Bilius sostenía.

-Y Severus –añadió Lily.

James la miró. -¿Se queda? –preguntó.

-¿Ese es el Sytherin amigo tuyo? –Preguntó Bilis con la boca llena de tartas- ¿Y cómo lo conociste, de todas formas? No es común ver a un Slytherin ser amigo de un hijo de muggles.

Lily se encogió de hombros. –Sev no es el típico Slytherin.

-Además, él mismo es un mestizo, ¿o no? –habló Sirius. Lily miró a Sirius, esperando que dijera algo desagradable- Sería muy hipócrita de su parte ir juzgando a las personas por su estatus de sangre, dado lo que es él.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora