La Ambición de Lucius Malfoy

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-¡Snape, Severus!

Severus miró a Lily.

Ella estaba hablando con James Potter.

Un sentimiento extraño recorrió a Severus, como si su intestino estuviese siendo retorcido como un animal de globo dentro de él. Apretó sus dientes y cerró los puños y caminó los pasos hacia la banca, su corazón amenazando con romperse justo en la mitad. Una parte muy siniestra de él quiso olvidarlo todo y ser seleccionado en Gryffindor. La tradición familiar y las expectativas podían irse al diablo, en ese momento lo único que él quería era una excusa para ir a esa mesa y tener de vuelta la atención de Lily.

Se sentó y la profesora McGonagall colocó el sombrero sobre su cabeza. No hubo conversación, debate o duda por parte del sombrero. Sólo aterrizó en su cabeza, lo pensó por unos doce segundos y gritó su decisión.

-¡SLYTHERIN!

Severus ni siquiera miró a la mera de Gryffindor cuando se bajó de la banca y se apresuró hacia su mesa. ¡Si a ella le importaba él, lo hubiese visto cuando caminó hacia la banca! Él siempre supo, desde el primer día, que había una posibilidad de que la alejaran de él al ponerla en otra casa (una posibilidad que era lo más probable, ya que ella era hija de muggles, pero él había estado en negación) Simplemente no quería imaginarse su vida sin Lily en su día a día. Estar en casas distintas sería casi igual a estar en planetas distintos. ¡Especialmente en Gryffindor y Slytherin! Si tan solo ella hubiese sido seleccionada en Ravenclaw, hubiese sido un poco más fácil relacionarse un poco más seguido, pero habían quedado en los polos opuestos, los mayores oponentes de toda la escuela.

Y tenía que haber sido seleccionada en la misma casa de Sirius Black y James Potter.

-Bienvenido a Slytherin, Severus –Lucius Malfoy, uno de los primos de Severus, lo saludó firme con un apretón de manos- Mi madre dijo que tal vez veríamos al hijo de Eileen Prince venir hoy- sostuvo el nivel de su barbilla con el suelo, mirando fijamente bajo sus pómulos a Severus mientras hablaba. Señaló con la mano a la mesa para que Severus tomara asiento.

-Sí –asintió Severus- Escuchamos que eras Premio Anual.

-Sí –Lucius levantó su placa y la pulió con la manga de su túnica.

-Luce –susurró un chico de cabello negro que estaba al lado de Lucius, dándole un ligero codazo para llamar su atención- ¿Ya le echaste un vistazo al cabello de Bilius Weasley? ¿Qué pasó? ¿Metió su mano en un tomacorriente o qué?

Lucius se inclinó para mirar sobre la cabeza de la bruja que estaba sentada al frente de él al chico de llameante cabello rojo en la mesa de Gryffindor. Su cabello estaba salvajemente alborotado en todas las direcciones y sus viejas túnicas de segunda mano tenían un color extraño, no completamente negras pero tampoco marrones, sólo algo intermedio.

-Patético –murmuró Lucius riendo entre dientes.

-¿No es ese tu primo el que está sentado a su lado? –preguntó el otro chico.

Lucius miró a Sirius Black. –Sí –murmuró

-¿Por qué está en Gryffindor de entre todas las casas?

Lucius se encogió de hombros. –No tengo la más mínima idea.

-Estaba hablando con una gran boca en el tren –dijo Severus- Con ese chico Potter a su lado, fanfarroneando como quería ser el que rompiera la tradición familiar de ser seleccionado en Slythering.

Lucius bufó. –Imagínate.

-¿Quién es ese otro niño que está con él? Me parece conocido.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora