Lecciones de Vuelo

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Lily estaba muy contenta por Alice Bell, la chica de segundo año que le había enseñado su dormitorio la noche anterior. Instantáneamente, Alice se había convertido en amiga de Lily, y la invitó al cuarto de las de segundo año para conocer a las otras chicas. Todas eran muy amables y habían invitado a Lily a acampar en su piso así no tendría que pasar su primera noche solen el castillo sola, explicando que Peeves, el poltergeist de la escuela, le gustaba escoger a los estudiantes más jóvenes que se veían más asustados. Los ojos de Lily se habían abierto como platos.

-¿Hay fantasmas aquí?

-¿No has conocido a Nick Casi Decapitado aún? – le preguntó Alice Bell.

Lily negó con la cabeza. –No, ¿es aterrador?

-¿Nick? Nah –Alice negó con la cabeza- Es muy divertido.

A la mañana siguiente, las chicas habían bajado juntas para el desayuno en el Gran Comedor, leyendo la nueva edición de Bruja Adolescente, viendo uno de los miembros de la banda Los Encantadores en la portada. Lily no sabía que había bandas de magos, pero Alice asintió entusiasta. –Oh sí, hay algunos. Están los Encantadores, y las Lechuzas... -empezó a nombrar varios nombres de bandas del momento.

Se habían encontrado otra vez después de Transformaciones en el Gran Salón para el almuerzo, y para entonces Lily estaba agradecida de poder alejarse de Sirius, Remus, Peter y especialmente de James, quien seguía robándole miradas desde su escritorio. Le sonrió cada vez que ella lo atrapaba observándola. Ella estiró su cuello, tratando de ver la mesa de Slytherin a través las mesas de Ravenclaw y Hufflepuff para ver si Severus estaba ahí. Quería hablar con él pero parecía haber desaparecido desde el banquete de la noche anterior. Esperando verlo, Lily conversó con Alice Bell con un ojo en la puerta, pero nunca lo vio.

Cuando estuvieron afuera para la lección de vuelo, tuvo la oportunidad de hablar con él por primera vez desde la selección. Los Gryffindors tenían su lección en los terrenos con los Slytherins, quienes tenían un periodo libre los jueves y habían ido afuera para conocer a su instructora, una bruja que el horario había informado se llamaría Madame Hooch.

-Oh, genial –Lily escuchó a Sirius decir cuando caminaban a través del césped- Tenemos que aprender a volar con Quejicus Snape –ella alzó la mirada en el momento en el que él fue mencionado, su corazón brincó con emoción y alivio. Severus estaba en la punta del grupo de Slytherins y ella empezó a correr al momento que lo vio.

-¡Sev! –gritó y corrió, haciéndose paso entre los chicos, literalmente empujando a James fuera del camino. Chocó con él, envolviéndolo en un fuerte abrazo. Parecía ser años desde la última vez que lo había visto. Él la abrazo de vuelta, pero con un poco de duda, mirando con nerviosismo a ver si los otros Slytherins estaban observándolos. Por primera vez, ella notó que Severus tenía un olor extraño, uno que le recordaba a la parte mala de la cuidad de donde él venía. Ella se apartó y lo miró a los ojos, los cuales viajaban entre ella y sus compañeros de casa- ¿Estás bien? –le susurró bajo su aliento, tan bajo que solo Severus pudo escuchar.

-¡Miren a Quejicus con su novia! –gritó la voz de Sirius cuando los chicos alcanzaron a Lily.

Severus, que ya estaba sonrojado por las miradas de los Slytherins, se tornó incluso más rojo. -¡Cierra tu boca, Black! –gruñó.

-Ooh –rió James- ¿Tomarás esa, Sirius?

Sirius sonrió. –Lo siento, Sev –dijo, enfáticamente usando el apodo que Lily usaba para él- Te dejaré para que la sigas besuqueando, entonces –se dio la vuelta y caminó, riendo.

Severus se separó completamente de Lily, corriendo hacia Sirius.

-¡Oh! –chilló Lily- ¡Severus, no!

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora