Los Merodeadores: Primer Año

Los Signos Zodiacales

Remus aún no había regresado la noche siguiente, cuando los Gryffindors partieron a la torre de astronomía a medianoche, con la luna menguante adornando el cielo por encima del castillo de Hogwarts y creando un resplandor blanco azulado que iluminaba los telescopios y las cartas estelares. La profesora Zosma caminó alrededor de ellos, ayudándolos a ajustar sus telescopios antes de empezar con su lección, excepto por Lily, cuyo telescopio ya estaba perfectamente ajustado. James miró en su dirección, preguntándose si tenía que disculparse por la forma en la que Sirius le había gritado antes, cuando había preguntado por Remus. Parecía que Lily estaba aún más distante y fría con ellos desde entonces y a James no le gustaba eso. A él le gustaba esos raros momentos cuando Lily Evans hablaba con él, cuando tomó su túnica el día anterior, fuera del salón de Encantamientos, sintió como una chispa recorría todo su brazo.

-Esta noche, determinaremos sus signos zodiacales y aprenderemos más sobre los patrones lunares descubiertos por Copernicus... -comenzó Zosman, su voz apenas audible para los estudiantes- La posición de la luna puede contribuir grandemente a nuestra personalidad, dentro de nuestra identidad... La luna es un muy poderoso y fuerte cuerpo celestial... Como Hermes Trismegisto dijo: como está arriba, también lo está abajo...

James miró por su telescopio a los cráteres y marcas por toda la superficie de la luna.

-¿Crees que enserio esté hecha de queso? –le susurró a Sirius.

-Yo diría del acné de Quejicus Snape –susurró Sirius como respuesta. James rió por lo bajo, mirando a Lily para asegurarse de que no había escuchado el comentario.

-...efectos que hace nuestra energía, nuestro propio ser puede ser identificado por los signos zodiacales, justo como nuestro ser público es evidente en los signos solares... -hablaba Zosma, su voz haciéndose baja y alta mientras caminaba de un lado a otro en la torre por detrás de los estudiantes.

-¿Crees que los muggles enserio fueron a la luna? –preguntó Sirius, ajustando su telescopio.

-Mi papá dice que fue con la ayuda de magos –respondió James.

-Sepárense en parejas y, usando sus fechas de nacimiento, calcularemos sus signos zodiacales e identificaremos sus personalidades con las cartas astrales. Como tarea, escribirán un pergamino de la comparación de sus signos zodiacales y sus signos solares, describiendo con detalle por qué, o por qué no, creen que el signo se ajuste a sus personalidades.

Sirius rodó los ojos. –Tonterías. Tarea.

-Peter –llamó Lily- Ven a trabajar conmigo.

Peter miró por un momento a Sirius y James, pero ellos ya se habían emparejado y él frunció el ceño, recordando de nuevo que era el que sobraba en el grupo. Fue a sentarse con Lily.

James se sentó en un pequeño espacio con luz bajo una antorcha encendida cerca de la puerta que llevaba al castillo. Sacó sus cartas astrales y las colocó en su regazo, comenzando a ver la lista de signos por su cumpleaños al mismo tiempo que Sirius se acomodó a su lado y empezó a hacer lo mismo.

-Parece que soy doble Aries –rió- al menos será fácil compararlos en la tarea. Dice que soy impaciente –miró a Sirius- ¿Cuál es el tuyo, compañero?

-Sagitario –dijo Sirius- Soy alerta y abierto. Impulsivo.

James miró al pergamino de Sirius.

-Estás mirando la carta de hoy –dijo- Tienes que mirar la de tu cumpleaños.

-Estoy mirando la de mi cumpleaños –respondió Sirius, su rostro ruborizándose.

-¡Oye! ¿Entonces hoy es tu cumpleaños? –Demandó James, ojos como platos- ¿Por qué no nos dijiste? ¡Le hubiésemos pedido a Bilius que sacara una torta de las cocinas o algo! ¡Hubiésemos faltado a clases y nos hubiésemos divertido, idiota!