James y Sirius estaban gritando y corriendo por los terrenos empapados de lluvia, sus escandalosas risas haciendo eco en el castillo mientras Lily y Remus los seguían. Peter tropezó a mitad de la colina y rodó, gritando, hasta que alcanzó el punto donde James y Sirius se habían detenido, bajo la sombra de un viejo árbol a la orilla del lago. Mirando hacia atrás, Lily podía ver el castillo emerger sobre ellos en la nublada luz verde, las torres más altas escondidas tras las nubles. Ella tembló al mismo tiempo que James sacó una sábana (que para Lily parecía una de las sabanas de la cama de alguno de ellos)
-Adelante, Remus –dijo James, sosteniendo la sábana.
Remus aclaró su garganta y apuntó el pedazo de tela con su varita.
-Impervius.
-¿Qué hace ese hechizo? –cuestionó Lily mientras James y Peter extendían la sabana en el suelo.
-¡La hace resistente al agua! –explicó Remus.
-Hacemos eso con todas las sábanas de Peter –bromeó James, sonriendo. Peter golpeó su hombro.
-¡Cállate! Eso no es cierto –miró a Lily- No es cierto.
Mientras tanto, Sirius había escalado un árbol y se colgó en una de las ramas más bajas, de aquellas que estaban a punto de tocar el agua del lago, montándose de horcajadas, mirando hacia el bosque. Rodeó su boca con sus manos y gritó:
-¡HOLA! –el eco que llegó fue fuerte y resonante antes de esparcirse. Él sonrió- ¡Brillante! (ante, ante, ante) ¡Podría hacer esto todo el día! –rió.
-Pero no lo harás –dijo James- Tenemos comida. Baja ya de ahí.
Peter abrió su mochila y comenzó a sacar los sándwiches que había tomado mientras James sacaba su bolsa de tartas y Remus colocaba las cervezas de mantequilla en la manta.
-Teníamos más cervezas de mantequilla –dijo apenado- pero dejamos caer algunas en el camino –No entró en detalle, suponiendo que Lily no tenía que saber que fue Snape quien había causado que las botellas se rompieran- Por suerte, aún tenemos seis así que cada uno puede tomar una y la última la podemos dividir.
-O peleamos a muerte por ella –dijo Sirius mientras se bajaba del árbol, colgándose de las manos sobre el agua por un momento antes de saltar hacia la tierra, a penas manteniendo el equilibrio sin caerse.
-¿Pelear a muerte? –Dijo James- Yo ganaría en un duelo contra ti, Black.
-En tus sueños, Potter.
-Bueno, yo no ganaría, eso es seguro –dijo Peter, quitando la chapa de su botella mientras Remus las repartía- Yo creo que ganaría Remus o Lily –añadió, sonriendo tímidamente hacia Lily.
Remus rió.
-Bueno, yo no entraré en esa pelea, estaré bien con una sola. Así que creo que eres la ganadora, entonces –le extendió la botella extra a Lily.
Ella la tomó pero dijo: -¡Lo dudo! ¡Yo no ganaría contra todos ustedes!
-Eres la más brillante de todo el colegio –señaló James- Por supuesto que ganarías –sus mejillas se enrojecieron y rápidamente se dio la vuelta para abrir la envoltura de los sándwiches para evitar mirarla.
-Yo podría intentarlo si me da sed más tarde –bromeó Sirius.
-¿Oh, enserio? –Sonrió Lily- ¿Y tú crees que puedes vencerme?
Los ojos de Sirius brillaron.
-Dudo que pueda, pero soy tan tonto como para intentarlo de todos modos.
ESTÁS LEYENDO
Los Merodeadores: Primer Año
RandomLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...