Septiembre pasó como un suspiro. Las hojas del Sauce Boxeador se habían tornado doradas y naranja oscuro y cayeron al césped. Había una sensación en el aire que hacía a Lily pensar en chocolate caliente. Se sentaba en el asiento en la ventana de su habitación, mirando a través de los terrenos al Bosque Prohibido, el cual lucía como un retrato de pinturas acuarela que una vez había visto en un museo de arte con Petunia y sus padres. Extrañaba a Petunia más y más mientras los meses pasaban, mientras los estudiantes amontonaban pilas de hojas que habían caído de las ramas de los arboles durante sus tiempos libres, y se enterró a sí misma en su tarea para evitar pensar sobre la diversión que Petunia y ella solían tener, comiendo manzanas y aprendiendo a hornear pies. Octubre siempre había sido su mes favorito, ya que la señora Evans tenía increíbles recetas de postres de manzanas y calabaza y siempre las hacía para Halloween, su festividad favorita. Temía la llegada de octubre ese año porque sería la primera vez que lo pasaría lejos de casa y sabía que eso le haría extrañar su hogar. Especialmente dada su falta de amigos en Hogwarts.
Alice Bell estaba en segundo año y eso significaba que tenía más clases que Lily, así que incluso cuando estaban juntas durante el almuerzo y las tardes luego de la cena, en realidad tenían poco tiempo en el día para estar juntas. Severus seguía estado esquivo y no había hablado con Lily desde su charla en el corredor de Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque se le quedaba mirando fijamente desde el otro lado del Gran Comedor todos los días. Remus había probado ser agradable, pero incluso luego de la reunión del Club Slugh, ella aún no estaba lista para estar con Remus Lupin fuera de la reunión. Especialmente dado que era raro cuando Remus estaba sin James Potter y Sirius Black, y ella no podía soportar a ninguno de ellos. No entendía como Remus podía soportar a los chicos e incluso se lo preguntó una vez durante su camino a la Torre de Gryffindor después de estar en la oficina de Slughorn.
-Sólo son inmaduros la mayoría del tiempo –explicó Remus- Ninguno de los dos son malos, en realidad.
-Sirius Black es un brabucón –reprochó Lily- Y James Potter no podría ser más arrogante si lo intentara.
Remus se encogió de hombros. –James sólo tiene una gran bocota pero, entre tú y yo, creo que lo hace porque su autoestima es basura.
Lily bufó. –Ujum.
-Es sólo mi opinión, por supuesto –dijo Remus.
-¿Y cuál es la excusa de Sirius Black? –Demandó Lily- ¿No es baja autoestima también?
Remus respondió: -La familia de Sirius es su excusa –se encogió de hombros- No conoce algo mejor, ¿o sí?
-Tal vez debería aprender –sugirió Lily con desagrado.
-Lo hará –respondió Remus- Eventualmente.
Las palabras de Remus, claro, no habían sido suficientes para cambiar la opinión de Lily respecto a los chicos, pero incluso si lo hubiera hecho, habría vuelto a cambiar de opinión rápidamente, ya que James y Sirius parecían estar siendo especialmente odiosos. Pero estaría mintiendo si dijera que no había empezado a observarlos más cuidadosamente, analizando las cosas que decían y hacían desde la nueva perspectiva que Remus le había mencionado.
Era viernes, el primero de octubre, cuando Severus finalmente habló con Lily de nuevo.
Ella estaba sentada en la biblioteca, leyendo un libro como recurso para un trabajo que estaba escribiendo para la profesora McGonagall y una pequeña mariposa de papel aterrizó en la punta de su nariz. Parpadeó en sorpresa y cuando ella se movió la mariposa calló en el escritorio ante ella y se abrió para revelar la nota que llevaba dentro. Levantó el papel y lo leyó, reconociendo la letra estrecha de Severus.
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Los Merodeadores: Primer Año
AcakLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...