Una Visita a la Mesa de Gryffindor

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A la mañana siguiente, los tres chicos marcharon al Gran Comedor por desayuno antes de su primera clase, incluso cuando hubo complicaciones al despertar a Remus de su sueño. A Peter, quien había estado roncando también, lo dejaron atrás, suponiendo que despertaría cuando quisiera. Les tomó mucho más tiempo encontrar el Gran Comedor sin tener a Bilius Weasley para enseñarles el camino a través del castillo, y se perdieron en varios corredores, incluyendo uno con una gran gárgola de piedra, antes de finalmente encontrar el camino al Gran Comedor. James notó que Lily Evans ya estaba en la mesa de Gryffindor, sentada con un montón de chicas de segundo año, su cara brillante y mucho más feliz de lo que se veía la noche anterior. Ella levantó la mirada cuando ellos pasaron por su lado y James dijo:- Buenos días –ella rodó los ojos y se volteó para mirar a las otras chicas.

Tomando asiento en la mesa, Sirius tiró varios waffles en su plato mientras James se preparaba un tazón de cereal, Remus ponía una rebanada de jamón en su plato y dio un sorbo a una taza de café. Los chicos comieron en silencio mientras el Comedor a su alrededor se iba haciendo más y más ruidoso cuando los estudiantes bajaban de sus dormitorios. Bilius Weasley llegó cuando ellos casi terminaban, seguido de Peter Pettigrew, y se sentó al lado de Remus, quien estaba sentado opuesto a James y Sirius esa mañana, y le dio unas palmadas joviales en la espalda, haciendo que casi derramara su taza de café.

-¿Cómo estuvo su primera noche? –Preguntó Bilius- Me sorprendió ver que se despertaran tan temprano. Pasé por su dormitorio antes de venir para acá a ver si querían una mano para encontrar el camino. Qué bueno que lo hice, en realidad, Peter aún estaba dormido. Se hubiese perdido su primera clase –dijo riendo.

Peter tenía la cara roja y rápidamente arrancó una gran variedad de comida como si estuviese buscando comida y comenzó a comer rápido.

-No quisimos despertarte, amigos –explicó James.

-Estabas rugiendo como dragón –añadió Sirius- Toda la noche estuve soñando que me enfrentaba a un dragón guardando su oro.

Peter se puso aún más rojo pero no respondió.

De repente, por encima de sus cabezas hubo el llamado de una lechuza y los chicos levantaron la mirada al techo, que estaba inundada de lechuzas, volando por todo el Gran Comedor, lanzando sus paquetes y cartas a los estudiantes. Bubo aterrizó con una letra para James y tomó un pedazo de pan tostado como paga antes de irse volando. Sirius siguió mirando al techo, esperando por la lechuza de la familia, Dolf, a llegar por la ventana, pero la lechuza no llegó. Sirius frunció el ceño.

-Mi madre no me escribió –dijo preocupado- No debe haber escuchado que fui seleccionado a Gryffindor entonces.

-No me digas que estás decepcionado por no recibir una vociferadora –dijo James a su lado, abriendo su carta.

-Bueno... no –respondió Sirius. Aunque en realidad si lo estaba un poco, tan extraño como era estar triste por una cosa como esa. Honestamente, su madre había estado un poco distante con él desde todo el asunto de la observación de muggles y él simplemente esperaba recibir un poco de atención (incluso si era negativa). Pero supuso que no fue como si él le hubiese escrito para contarle lo de la selección. ¿Cómo puede saberlo? Pero como para responder la pregunta, sintió a alguien de pie detrás de él y se dio la vuelta.

Lucius Malfoy preguntó: -Así que... ¿Qué salió mal, Sirius? –a su lado estaban otros dos que Sirius reconoció por miembros lejanos de su familia: Alistor Mulciber y Germaine Avery. Eran chicos bastante grandes.

-¿Qué? –preguntó Sirius, intimidado por los tres rodeándolo de tan cerca y con mala pinta.

-Eres un Black, debiste estar en Slytherin. Así que, ¿Qué salió mal contigo? –demandó Mulciber rudamente.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora