Día Bisiesto

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Remus temía la llegada de la luna llena. Podía ver en los ojos de Sirius y James que, incluso cuando prometieron no meterse en problemas mientras él estaba en la Casa de los Gritos, había una gran posibilidad de que cuando él volviera, los encontraría en detención o peor: Expulsados. Intentó consolarse a si mismo pensando que no había nada que él pudiera ahcer al respecto, pero si era honesto, había una diminuta parte de él que deseaba poder hacer algo.

Había algo así como un acuerdo no hablado entre Sirius y James de que los otros chicos de Gryffindor planearían ir a buscar el espejo perdido tan pronto como Remuspusiera un pie fuera del castillo. James supo que Remus no aprobaría la misión y estaba al tanto de que tenía buenas razones para dudar las posiblidades de que todo saliera bien. Después de todo, había un millón de cosas que podrían salir mal, si no más, pero sin importar el riesgo que involucraba, James tenía un buen presentimiento sobre la misión. Para empezar, si fueran la sala común de Slythrerin el día de luna llena, sería el día bisiesto (29 de febrero) y ese siempre había sido un día de buena suerte para James. Adicionalmente, no podía evitar pensar que Dumbledore estaba secretamente de su lado en aquel desastre de Estudiantes Fuera de la Cama, especialmente dada la misteriosa desaparición del profesor Tutman a día siguiente de que su acusación en el Gran Comedor fue hecha. Había una gran posibilidad de que si eran atrapados en el intento de robar el espejo del dormitorio de Lucius Malfoy, Dumbledore no les haría nada. Después de todo, ¿qué son un par de reglas rotas si la caída de todo el mundo mágico pudiera ser prevenida, cierto?

Remus estaba parado a los pies de su cama, guardando sus cosas en su baúl, intentando prolongar su partida cuanto pudiese. Miró a los demás. Sirius mantenía su cabeza gacha, mirando fijamente su pergamino de Transformaciones, intencionalmente evitando contacto visual con Remus. James jugaba con la snitch en su cama de nuevo, atrapando y soltando la pequeña bola dorada, mirando a Remus por encima del hombro de Peter mientras su amigo más pequeño corria de los pies al tope de su cama, tratando de hacer la cama. Remus tomó una respiración profunda, lanzando su mochila por encima de sus hombros y corriendo su mano por las tiras de ésta.

-Ustedes, eh, intentarán no meterse en problemas, ¿cierto? –preguntó Remus.

-Pues claro –respondió James.

Peter alzó la vista desde su cama.

-¿Te vas? ¿Tan pronto? –miró al pequeño reloj en su mesita de noche- ¿Ya es tan tarde?

-Ya casi es hora de la cena –dijo James soltando un bostezo, atrapando la snitch en el aire.

Remus asintió.

-Caray –dijo Peter- Eso explica por qué estoy muriendo de hambre.

-Tú siempre estás muriendo de hambre –dijo Sirius sin alzar la vista.

Remus caminó hacia la puerta y se pausó justo antes de tomar el pomo. Se dio la vuelta.

-Irán a la sala común de Slytherin, ¿o no?

James parpadeó, mirándolo, tratando de inventarse una respuesta.

-¿Por qué haríamos eso? –fue todo lo que pudo inventar.

-No finjan –mandó Remus- Sólo prométanme que no tentarán su suerte, ¿si? Lucius Malfoy no parece ser la clase de persona a la que quieran molestar –respiró hondo, comenzando a buscar el pomo de la puerta, luego se detuvo y se volvió a dar la vuelta- Y... sin importar lo que hagan... No se metan con el Señor Tenebroso... Y probablemente deberían evitar molestar a Snape porque todo lo que lograrán será enojar a Lily Evans y estará molesta por el resto del año. Y no dejen a Peter atrás... o dañen algún artefacto histórico... o hagan que los expulsen –les dijo con ojos suplicantes por un momento, luego se volteó hacia la puerta de nuevo... antes de darse la vuelta una última vez- Y... no se olviden de ningún detalle cuando me cuenten todo dentro de dos días –agregó.

Los Merodeadores: Primer AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora