El día siguiente pareció ser extremadamente largo. Sirius estuvo ansioso durante todas sus clases, manteniendo sus ojos fijos en el movimiento del sol sobre los terrenos, nervioso y emocionado por los planes que habían desarrollado para esa noche. James notó la ansiedad de Sirius y continuaba mirándolo por el rabillo de su ojo en Pociones mientras ellos trabajaban en su asignación, aunque ninguno se atrevía a hablar sobre ello, ya que el profesor Slughorn no dejaba de caminar alrededor de los escritorios, supervisando el trabajo de sus estudiantes y comentando sobre éstos.
A pesar de lo alterado que estaba Sirius, no era nada comparado con el nerviosismo de Peter. Remus intentaba mantener su paciencia con Peter mientras trabajaban, pero Peter no paraba de tropezar las cosas y derramas algunos ingredientes en la mesa y el regazo de Remus. Hubo un momento aterrador cuando un poco de algo morado cayó sobre la mano de Remus y comenzó a crepitar fuertemente, pero por suerte, Slughorn estaba cerca y utilizó su varita para secarlo antes de colocar un antídoto sobre la mano enrojecida.
Esa noche, durante la cena, Lily se sentó junto a Remus en la mesa de Gryffindor en el Gran Comedor. Los cuatro chicos la miraron con las cejas alzadas.
-¿Si? –Preguntó James significativamente- ¿Podemos ayudarte en algo?
Los ojos de Lily viajaron desde Peter hasta Sirius.
-Es esta noche, ¿cierto?
Sirius tragó sus nervios y mordió su tostada abruptamente.
-Tal vez si, tal vez no.
-¿Qué te importa? –demandó James.
Lily se inclinó para acercarse y bajó la voz.
-No deberían hacerlo. Por favor no lo hagan.
Remus se apartó con una servilleta y la corrió por su boca, no queriendo volver a ser parte de esa conversación. Los otros sabían su opinión, pero él estaba comprometido con ayudarlos de todas formas. Una parte de él quería que Lily los hiciera entrar en razón. Bajó la vista a su plato.
-No creo que sea buena idea y... Y yo solo no quiero que lo hagan. Entréguenle el espejo a Dumbledore. Díganle por qué están nerviosos por esto –estaba mirando a Sirius con ojos de súplica- Él puede ayudar.
Sirius frunció el ceño.
-Él puede pero no lo hará. Ya le dijimos a Dumbledore sobre el espejo y no salió nada bien. No hizo nada al respecto. Así que lo haremos nosotros. Y luego él tendrá que hacer algo. Cuando... Cuando Quien Tú Sabes esté aquí, noqueado por los aturdidores, Dumbledore no será capaz de pasar eso por alto.
Lily suspiró.
-Solo estoy muy preocupada por ustedes. No quiero que nada malo les pase.
-¿Por qué Lily Evans, entonces si te importamos al menos un poco? –James soltó una risa ahogada.
Lily se ruborizó.
-Bueno, tal vez tú no–dijo con actitud.
Remus no pudo evitar reír por lo bajo, aún mirando su tostada con filete, por el tono de la voz de Lily y la expresión en el rostro de James.
-Podrías venir con nosotros –comenzó Peter desde el otro lado de Remus- Eres tan buena... Seguro él no podrá vencernos si tú estás ahí también –miró a Lily con la más desesperada expresión que pudo lograr.
Lily parecía indecisa.
-Tiene razón, Lil... Nos serías muy útil –dijo Sirius.
-Sería bueno tener a una mano de un nivel superior –añadió Remus- Hasta ahora sólo me tienen a mí.
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Los Merodeadores: Primer Año
RandomLunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Sus aventuras fueron leyenda en Hogwarts. Pero también hay historias no contadas, historias que sólo ellos conocen. Acompáñalos y descubre la verdadera historia de Los Merodeadores de Hogwarts. ...