17. Entre besos y engaños

2.9K 326 86
                                    

Trouble - Halsey, Sander Kleinenberg 

Trouble - Halsey, Sander Kleinenberg 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ODIO ESTA NOCHE. Cuando llegamos al club, Dallas, Liz y Jackie nos esperan en la parte de atrás. En una puerta secreta, hay un hombre gorila custodiando la entrada. Spencer sólo presenta su cara y el gorila nos abre la puerta para que entremos.

Yo me mantengo entre Dallas y Coop para estar lo más lejos posible de Reiner y su plan malévolo.

¿Qué porque quiere vigilarme? No me lo compro.

Así que cuando entramos al club lleno de gente tomando y bailando, con música electrónica a tope, me dispongo a estar cerca de Coop, Dallas, Liz e incluso Jackie. Todo menos los Wolff.

Nos movemos entre la gente y alcanzamos una mesa en una esquina. Apenas si se puede ver, las luces de colores en el techo me ayudan a no tropezarme y tomar mi lugar a lado de Coop.

—Vamos, sígueme —Coop me dice cerca del oído ya que apenas si puedo escucharme a mí mismo.

Spencer y Dallas se levantan con nosotros y nos dirigimos a la barra. El chico del bar nos ve levantando la barbilla a modo de saludo.

—¿Qué les ofrezco?

—Cinco cubas, dos padrinos y un ginebra tonic. —Spencer se gira a mí y yo niego rápidamente. No alcohol—. Tony, dale a este una soda.

Tony me mira como si fuera chiste, pero sonríe amigablemente cuando vierte una lata de Sprite en un vaso.

A los minutos llegamos a nuestra mesa con las bebidas. Las chicas se toman unos cuantos tragos listas para bailar. Ni si quiera me doy cuenta cuanto tiempo pasa, pero mientras los segundos corren, Liz saca a bailar a Dallas y estoy seguro que Dallas la acepta sólo para causar algún tipo de impresión a Tegan, pero ella ni siquiera se inmuta. Acompaño a Coop a la barra unas tres veces y mi vaso con Sprite es rellenado cada vez.

—Un poco de vodka no te vendría mal—me dice Coop.

—No gracias.

El alcohol saca lo peor de ti, por lo menos en mi padre. Puede que sea raro pero nunca he probado el alcohol y tengo muchas razones para no hacerlo.

Cuando Coop y yo volvemos otra vez a la mesa, Reiner, Nash, Jackie y Tegan ya no están.

—¿Y Tegan? —Coop le pregunta al único que queda en la mesa.

—Fue arriba —le contesta Spencer tomando el mojito que le extiendo.

Un surco nervioso corre por el rostro de Coop.—¿La dejaste ir...?

—No hay nada que yo pueda hacer. —Spencer se encoje de hombros y por un momento veo una ráfaga de enojo pasar por los ojos de Coop.

Pero no dice nada más, nos quedamos los tres sentados en la mesa mirando a la gente divertirse. Ahora parece que el ánimo que Coop tenía esta mañana se ha esfumado.

La Manada de los WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora