20. Verdades a medias

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Black Magic - The Amazons

SI SPENCER ESTÁ aterrado, no lo hace notar

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SI SPENCER ESTÁ aterrado, no lo hace notar. Su semblante es de derrota, derrota pura, y aunque me gustaría reconfortarlo las palabras no me salen. Esto me toma desprevenido. Lo único que pasa por mi cabeza es la reacción de Gerald. No puedo esperar cuando le lleguen todas las noticas; su hijo mayor ahora viene por ellos, uno puede que vuelva a caer en las drogas y el otro, que se supone es el "decente", acaba por embarazar a la chica de la limpieza.

Pobre hombre. ¿Qué más le falta? ¿Qué mi padre resucite de entre los muertos?

Al cabo de los segundos noto que Spencer se encuentra esperando mi respuesta.

―Hombre...joder...pues, ¿felicidades?

Spencer rueda los ojos, como no.

―Aún no es seguro ―asegura, más para sí mismo―, o eso me dijo Christi.

Pasa un minuto de silencio incomodo antes de que vuelva a abrir mi boca.

―Entonces, ¿por eso estabas de pocas pulgas?

Aún con el semblante abatido se las arregla para mirarme con irritación.

―Si...pero también no confío lo que pasa entre Reiner y tú.

Si sólo supiera...Estoy seguro que él preferiría saber que su hermano es gay a que esté confabulando a sus espaldas.

Me remuevo incomodo sobre mi lugar, sin saber que responder, no es como si pudiera. Como ya lo había meditado antes, no creo que Reiner tenga miedo a salir del closet a su familia, simplemente no le gusta que se metan en sus asuntos. Por eso no pienso meterme en este.

―¿Qué vas a hacer? ―Le pregunto.

Spencer se da cuenta del cambio de conversación, pero sólo se limita a encogerse de hombros.

―Depende como salga la cita programada con el doctor.

―¿La vas acompañar?

Él me mira.

―¿Qué? ―reacciono a la defensiva―. Mira hombre, no sé cómo sea tu relación con Christi, pero por lo que he visto...parece ser que ella te quiere.

Por no decir que es obvio que él también la quiere.

Spencer arquea una ceja, sorprendido y a la vez inseguro.

―No soy como los demás, no te voy a contar mis problemas ―farfulla, esquivando completamente el tema.

―Ya, pues estoy seguro que soy el primero al que le has contado lo del embarazo ―le pincho, ganándome un gruñido por su parte―. Aunque no quieras admitirlo, quieres apoyo. ¿Y sabes qué?, te doy el mío, ¿bien? Así que cualquier cosa aquí estoy. ¿Estamos a mano?

La Manada de los WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora