37. Revelaciones de un Wolff

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If You Really Love Nothing - Interpol

REINER ME ESPERA cuando el primer periodo termina

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REINER ME ESPERA cuando el primer periodo termina. No necesito preguntarle qué sucede, él se encuentra recargado en uno de los casilleros cerca de mi salón.

—Es Shaw —dice.

Lo sigo sin preguntar. Aun así, mientras avanzamos por los pasillos de la escuela las manos me empiezan a sudar del puro nervio. ¿Será otra vez una trampa? ¿Acaso ayer fue una trampa? El nudo en mi estómago empieza a retorcerse, pero no vacilo cuando camino a lado de Reiner.

Nos hacemos un camino hacia afuera, en el estacionamiento de profesores. No tardamos en visualizar a unos cuantos metros la silueta de Sebastian Shaw. Está recargado en la fachada de la escuela, lleva su uniforme pulcro y su cabello negro hacia atrás embarrado de gel.

Él nos reconoce segundos después.

—Llevo esperándolos más de media hora.

Sebastian no parece contento, incluso hay nerviosismo es su mirada, y algo que me confunde más es que se encuentra solo.

—Tenía calculo. —Me encojo de hombros.

Sebastian de seguro piensa que o soy idiota o tengo unas bolas de oro. A pesar de su alerta de ayer, sigo pisando la escuela. Pero tampoco soy tan idiota; procuro que Reiner esté siempre a mi lado.

—Como sea. —Shaw se acerca a nosotros mirando hacia los lados—. No tengo mucho tiempo. ¿Cómo está tu mano?

—¿Cómo está tu conciencia? —le ensarto.

—No tenía planeado lo de ayer —Sebastian sisea abriendo sus ojos de par en par—. No debí meter a Maverick en esto, pero de alguna forma u otra tenía que verme como si estuviera de lado de ellos.

—¿Y no lo estás? —Reiner arquea su ceja. Yo lo imito.

Sebastian pasa saliva por su tráquea antes de responder.

—Créanme, si esto resulta bien les diré todo lo que se. Por ahora hay que tener un plan. Ellos saben que Noah está aquí y en cualquier momento atacarán.

—Es lo que no entiendo. —Meneo la cabeza, dejando que se llene de conjeturas y nudos—. Si ellos ya saben que estoy aquí, ¿por qué se están tardando en venir por mí?

Sebastian abre la boca, pero la cierra al instante.

—Ellos aman infundir temor, piensan que no sabes nada y en cualquier momento te sorprenderán. Por eso la única forma de que salgas de esto es en la carrera que se aproxima.

—¿Carrera? —El ceño de Reiner se frunce tomando de improvisto un paso más cerca hacia Sebastian—, ¿Todavía piensas que puedes sacar provecho de esto?

—¿Qué? ¡No! Ni si quiera creo que se logre terminar la carrera.

Ya ganando nuestra atención, nos acercamos más a Sebastian.

La Manada de los WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora