31. Miente o controla

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Control - Halsey

ME DESPIERTO SALTANDO, mi cuerpo está sudado y empapado, la camisa que llevo se me pega a la espalda y un brazo rodeando mi cadera me impide levantarme

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ME DESPIERTO SALTANDO, mi cuerpo está sudado y empapado, la camisa que llevo se me pega a la espalda y un brazo rodeando mi cadera me impide levantarme.

Jackie se aferra a mí. Su cabello cae en su cara mientras ronca bajito. De momento entro en pánico.

Luego recuerdo que ayer en la noche lo único que hicimos fue besarnos, luego ella cayó sobre mí y yo terminé cansado como para cargarla, así que terminé durmiendo debajo de ella.

Con cuidado aparto a Jackie, esperando que no despierte. No sé porque mierda dejé que pasara lo que pasó anoche. Bueno si se, pero ahora que lo veo fue una mala idea.

Cuando soy libre de sus manos, me despabilo y recorro toda la casa de la piscina hasta abrir la puerta y salir de ella. El cielo está iluminado, pero es una mañana fría y aun no hay rayos de sol. El patio está lleno de vasos de plástico y aquel muñeco inflable nada en la piscina. No hay personas, todos se han ido, o bueno...casi todos.

Dallas se encuentra desparramado en el suelo, cerca de la consola donde estaba el dj. Liz está acostada en el sillón, con la boca abierta y con un Nash a su lado; tiene sus pies encima del regazo de ella, él está roncando como si dependiera de ello. El interior está igual de sucio a como está el patio.

Trato de no gemir al ver un pedazo de pizza pegado en la pared. Camino arrastrando los pies hasta la cocina, esperando tomar un vaso de agua y luego darme un baño relajante. Pero unos cuchicheos me detienen de momento.

—¿Crees que me gusta esto? —dice la voz conocida—. Estamos jodidos, y no pretendo joderlo más, no...no entiendes.

Ese es Spencer, definitivamente es él. Sé que no debería acercarme, la última vez terminé viendo algo que no debia. Pero la curiosidad me gana, así que me acerco un poco más, sólo para descubrir a Spencer y Christi parados enfrente de la puerta de entrada.

Christi tiene la frente arrugada, lleva puesta ropa normal. Unos pantalones acampanados y una blusa de algodón azul celeste. Su cabello que normalmente está siempre trenzado, lo lleva suelto. Podría ser tan guapa como Tegan.

—Tienes que irte —le dice Spencer, tomándola de los hombros, acercándose a ella—. Nena, no quiero que te pase algo, ¿entiendes?

Christi parpadea, no sé si es para espantar las lágrimas o para mantener su atención. Ella agacha la cabeza, y la menea con negación. Spencer parece mortificado, aferrándose a ella y a la vez dejándola ir.

—Necesito que entiendas, necesito que confíes en mí.

Spencer la toma entre sus brazos, dándole un suave beso en la frente.

Aquí yo parpadeo sorprendido. Estaba seguro que lo suyo sólo era pasión y lujuria. Pero al ver a Spencer...se preocupa demasiado por ella.

Es un lindo momento; la nariz de Christi se entierra en el cuello de Spencer, y él la resguarda contra su cuerpo.

La Manada de los WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora