4. Todo lo que callamos

2.6K 287 31
                                    

My Blood - Twenty One Pilots

CUANDO RECOBRO LA CONCIENCIA me encuentro sentado sobre un sillón de piel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CUANDO RECOBRO LA CONCIENCIA me encuentro sentado sobre un sillón de piel. Hay una sacudida y me aferro instantáneamente en los apoyabrazos de los asientos.

Abro mis ojos, mirando hacia mi lado derecho. La pestaña de la ventana está arriba, puedo ver el basto cielo azulado y las nubes blancas. También puedo ver las hélices del avión.

Apenas siento el dolor es mi rostro, pero es lo suficiente doloroso para hacerme recordar lo que sucedió. Tal vez me lo merecía. Maldito Reiner. Tiento mi nariz sólo para sentir un curita en mi hueso nasal.

Trago gordo. Y cuando miro enfrente de mí, me percato por primera vez de la presencia de Gerald. Ya no lleva aquel traje pulcro. Una camisa azul celeste de botones y un pantalón caqui le hace juego. Él me está mirando, sus ojos iguales a los de Tegan. Ahora tiene sombras oscuras bajo sus ojos y en sus manos...en sus manos lleva la foto.

Me acomodo en el asiento mirando impaciente su semblante.

-Noah -me dice cortando el silencio-, lo siento mucho.

Suelto aire desde mis pulmones. Estoy cansado, no quiero discutirle, no quiero gritar. A decir verdad estoy medio feliz de que no le tuve que aventar la bomba sobre el amorío de su esposa con mi padre. En realidad ahora temo por él, estoy casi seguro que Reiner, ni los demás saben sobre esto.

-Dime -le digo-, dime lo que sabes.

Gerald pasa sus manos por su cabello, sin importar lo desarreglado que queda.

-Conocí a tu padre en Nueva York. Había ido a hacer tratos con un tipo que me había financiado para el mantenimiento de las armas, a cambio yo les fabricaría unas cuantas. Nikolai...en ese tiempo era un corredor, ya sabes, el que llevaba los recados. Él me aceptaba los paquetes y por un tiempo la relación era solo de socio a socio. Luego él tomó una posición más elevada, había hecho su propio negocio, entonces empecé a tratar directamente con él. Tal vez porque vi que no era del todo peligroso, que a pesar de todo lo que hacía, tenía ética. Así que nos empezamos a acercar, y cuando decidí acabar con los tratos...él sorpresivamente me dejó ir. Y supongo que ahí comenzó la verdadera amistad.

Gerald me mira, para notar que lo sigo escuchando, así que asiento para que siga continuando.

-Al principio fue algo pasajero. Nos frecuentábamos para solo hablar. Luego su negocio llegó hasta Washington, y entonces yo terminé invitándolo a Olympia. Terminó en nuestras fiestas y luego en las cenas de los domingos en familia. Mi padre, él también lo aceptó -el abuelo Lucien, ahora recuerdo que Maverick también me lo mencionó. Aun así me obligo a seguir escuchándolo-. Parecía inofensivo, incluso un simple hombre. A los chicos les agradaba...Elisa...a ella le agradaba. Luego conocimos a su esposa. Una mujer callada, que parecía solo abrir la boca cuando él se lo permitía. Fue ahí cuando mi padre empezó a sospechar. Él me dijo que lo apartara por mi bien, yo por supuesto, odiaba que tuviera razón. Supongo que me di cuenta demasiado tarde.

La Manada de los WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora