It's A Trip! - Joywave
EL PEQUEÑO AMIGO peludo sigue sobre mi regazo cuando la manecilla en el reloj de la sala marca el medio día. El ronroneo perezoso de Coronel me tiene lo suficiente embobado desde que Reiner y la doctora Griffin se adentraron a una salita para dar comienzo a su cita. Así que cuando la puerta se abre no presto atención a las pisadas que se aproximan a mí.
Para mi sorpresa Kelly me sonríe extendiéndome una taza de porcelana. Le doy las gracias, llevando la taza a mi boca sin detenerme a ver el contenido. Es té de limón, no es mi favorito, pero aun así doy tragos.
―¿Y Reiner? ―Mi atención deja por un momento al gato para encontrarme con la mirada de la doctora.
―Tuve que hacerle un estudio de sangre. ―Kelly decide sentarse en el borde del sillón que está a mi lado―. Está un poco mareado, así que lo dejé por un momento.
Asiento, con una duda surcando en mi mente.
―Así que, ¿eres doctora y psicóloga?
Kelly me mira unos segundos, mostrándome una ancha sonrisa.
—Los ingresados en el programa normalmente son atendidos por mí y por un psicólogo. Reiner es un caso diferente...apenas se logró adaptar a mí, así que Gerald está pagándome para que haga de las dos funciones.
―¿Y no es más fácil que sean consultas privadas, como ahora, que estar de interno en el programa?
―El programa lo valida, Noah. Una vez que lo termine podrá ser capaz de presentar el comprobante donde estipula que está apto para ejercer un oficio, e incluso pedir una beca escolar. ―Kelly se acerca hacia su gato acariciándolo sobre la coronilla.
Por un momento, todo encaja.
—Por supuesto, si fuera por él no te estuviera esperando para que des el último veredicto.
―Así es, pero ahora es cuestión de días para que de la luz verde. Reiner dejará la medicación y supongo que es ahí donde vendrá lo complicado.
Frunzo el ceño, recordando lo que una vez K.T me dijo. En su momento parecía que a Reiner le gustaba estar medicado, ya que lo mantenía en control. Ahora pareciera que las píldoras son la última cosa que quiere ver.
―He visto un cambio ―le informo―, No parece ser que las necesite del todo. Creo...creo que estará bien.
Para mi sorpresa, un brillo extraño ilumina los ojos de la doctora, Ella se aleja del gato palmándome la rodilla, tratando de contener una sonrisa.
―¿Eso crees?
Asiento, vacilando por un momento al percatarme de la forma en la que trata de contenerse. ¿Me estoy perdiendo de algo?
―Sí, creo que tienes razón. Yo también he visto un cambio en él ―entonces deja soltar un suspiro melancólico―, y creo saber la respuesta.
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La Manada de los Wolff
Teen FictionNoah no ha dejado de correr desde el día en que unos hombres asesinaron a su padre a sangre fría enfrente de él. Desde ahí siempre supo que se las vería por sí solo. Pero todos sus planes se complican cuando un día, un hombre llamado Gerald Wolff...