¿Amor real?

Regalo.

Mañana me quitaban los puntos, estaba ansiosa por saber que era lo que me decía el doctor sobre viajar, quería llegar a la pasarela.
*Ringgggg Ringgggg*
-Alo?
-Hola Hermanita oye...
-Nena todo bien?
Juliana casi nunca me hablaba solo por mensajes.
-Si si, solo queríamos invitar mi papá y yo a ustedes a almorzar hoy por eso de las 11.
-Espérame nena ahorita te aviso.
-Dale, me mandas un texto.
Colgó, Poché salió del baño.
-Quien era amor?
-Oye...
-Dime?
-Amorrrrr.
-Calle por favor no empieces, ¿que pasó?
-Ay eres tan desesperada María José!
Torcí los y comenzamos a reír.
-Era Juliana, que para que no quemes la casa nos invitan a almorzar hoy.
Sonrío.
-¿Tu quieres Ir gorda?
-Si tú quieres yo quiero.
-Tu llámale a mi papá y dile que si, que si iremos con el.
Poché tomo el teléfono y le marco a mi papá.
-Don German? Si si, si vamos... ah... Okay entonces lo vemos al rato, chao gracias.
-¿Que pasó?
-Que le marque a tu hermana porque ella está coordinando todo... márcame tu ¿si?
Me aventó el teléfono.
-No que! Márcame tu.
Tomo el teléfono se encogió de hombros y se dispuso a marcarle a Juliana.
-Alo?
Se quedó callada un ratito.
-Si cuñada, Juliana Juliana
Aclaró y se secó el sudor de la frente.
-si... si vamos con ustedes. Ah ok... si claro, más tarde nos vemos chao.
Colgó y sonreí, pude notar su nerviosismo.
-Es como una cita importante, tu papá y tu hermana ... sé que son tan importantes para ti que espero nunca "quedar mal con ellos".
-Pollito no te preocupes, ya te los ganaste desde el momento que les dije que me hacías feliz.
Sonreímos y nos dimos un beso largo, ya podía mover más la cabeza sin dolor, solo me daba comezón aveces.
Llagamos 10 mnts tarde a la cita de papá, Poché estaba tan preocupada por la puntualidad con ellos, mi papá y Juliana ya conocían lo impuntual que era yo, Poché se había cambiado 10 veces de outfit para quedar bien con ellos.
-Ya amor?
-No no este no.
Se cambiaba de outfit.
-Si gorda ese...
-Mmm no lo sé, no.
Se miraba en el espejo, se cambio de outfit.
-Ese ya!
-Calle por qué me gritas.
-Es que ya es tarde.
Puso una cara de pánico, tomo las cosas se medio acomodo el cabello y salió disparada, me causo mucha gracias.
Llegamos al lugar donde Juliana nos había citado ellos ya estaban ahí, se levantaron para abrazarnos y saludarnos.
-Como sigues hija?
Pregunto papá después de haber pedido el desayuno.
-Bien bien luchas gracias papy viajaremos a México si es que el doctor me lo permite.
-Cuando viajarán?
-Mañana mismo si es posible.
Juliana y Poché escuchaban atentas la conversación, Poché tenía cara de sería y solo hacía risitas que no eran de ella.
-¿Qué tienes Poché?
Pregunto mi papá al ver que no hablaba ¡ESTO ERA ALGO NUNCA ANTES VISTO!
-Mmm? No no, nada.
-Y por qué no hablas?
-Porque le da pena.
Me dio un ligero patadon por debajo de la mesa.
-Anda dilo acéptalo!
Comencé a reír junto con mi papá y Juliana, se había puesto roja roja.
-Amor ahora no nos vengas con que te comió la lengua el ratón, ya acéptalo no pasa nada.
-Vamos Poché qué pasa?
Juliana le pregunto.
-Le da pena porque dice que está preocupada por si la riega al hablar.
-Calle!!!
Por fin hablo, lo dijo en un tono de regaño.
-Jajaja vamos Poché cuéntame cómo está tu papá, Vale?
Empezaron a entablar conversación entre ellos tres.
-Les tengo un regalo, bueno tal ves es más para Poché.
Dijo Juliana sacando una caja mediana.
-Que es que es?
Poché estaba emocionada.
-Es algo para ustedes que quisiera que aprovechan mucho en estos viajes y que siempre tengan un recuerdo de ustedes juntas cada que salgan.
Poché comenzó a abrir la caja y me ayude a hacerlo. Era una cámara..
-¡Una cámara!
Grito Poché sacándola con cuidado, Juliana era fotógrafa, una de las más reconocidas por el buen ojo que tenía.
-Es un pequeño detalle...
-Amor mira! Está genial! Es la nueva que te dije en la plaza el otro día.
Poché estaba obsesionada con esa cámara, había dicho que con la primera paga la iba a comprar.
-Muchas gracias Juliana!
Dijo Poché sonriendo de oreja a oreja.

Llegamos a casa después de estar con Juliana y mi papá, estaba algo cansada y decidimos por ponernos ropa cómoda y meternos a la cama a ver una serie. Hacia mucho frío.
Poché comenzó a darme besitos en el pecho, justo en la clavícula.
-Poché...
Se le veían sus malas intenciones, seguía besándome ahora un poco más arriba.
-Amorrrr!
Se puso enfrente de mi dándome un beso, un beso donde nuestras lenguas jugaban, las mordidas se hicieron presente subiendo el ritmo y el calor del beso. La deseaba.
-Basta basta...
Dijo Poché alejándose.
-Aún no puedes.
Me miró a los ojos y se mordió el labio.
-¡No hagas eso si sabes que no puedo!
Río y se volvió a acostar a mi lado.

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