Punta Cana #3 Una Noche Especial

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Ya habían pasado 5 días en Punta Cana, era el sexto día, nuestra última noche y le tenía preparado algo especial a Poché.
-Gorda...
entre a la habitación, Poché estaba envuelta en una tualla ya que se acababa salir de la ducha.
-Que pasó?
Se volteó, en verdad su naturalidad me encantaba y me quedé mirándola por un rato, al darse cuenta sonrío y me coqueteo.
-Cómo me veo? Ah? Mira..
Se bajó un poco la tualla dejando ver el contorno de sus pechos, trague saliva... "aguanta aguanta más tarde"
-Muuuy bien.
Respondí subiéndole la tualla a su lugar, ella sonrió.
-Está noche iremos a cenar a un restaurante que está cerca Del Mar, así que arréglate que la reservación está a las 8:30.
Le di un suave beso en la mejilla y me metí a la ducha, "esta noche" pensaba mi cabeza una y otra ves.

POCHÉ
Calle estuvo en silencio mientras se maquillaba ¿que le pasaba? Ella nunca estaba tan seria..
-Lista gorda? Ya es hora.
Me dijo tomando su bolso y celular, asentí y fuimos hacia el carro espectacular que el papá de Calle nos había rentado. Llegamos al restaurante éramos la segunda pareja en el restaurante, nos mitraron el camino, era una mesa aparte del restaurante, estaba cerca Del Mar, el piso era de madera al aire libre con un techo de bambus y una hermosa tela blanca. La mesa exclusivamente para dos personas, con una vela en el centro, platos copas y cubiertos, estaba espectacular la vista que teníamos hacia el mar, una noche con ligero viento.
El mesero hablaba con Calle en tono bajo, ¿que tramara? Me ponía de nervios, de seguro esto costaba demasiado y estaba tan apenada de no poder pagar tan siquiera la reservación ya que Calle no me dejo hacerlo.
-Siéntate Poché.
Me dijo tomando la silla como todo un caballero lo haría, pero era ella, mi dama. Sonreí a hice caso a lo que hacía. El mesero se acercó de prisa con un vino que a ambas nos gustaba, los platillos que habíamos pedido aunque en realidad era lo que menos me intrigaba y traía una rosa con algo más que no pude ver pues lo escondió a mi vista y a la vista de Calle pero supongo que ella sabía ya que sonrío y agradeció. El mesero nos dejó solas.
-Bien... comamos.
-Ay tu! Toda sería! Ya dime qué pasa por qué tanto misterio Calle!
Río y se tapo la cara, note que sus manos temblaban.
-Dios Calle!
Le tome las manos..
-Anda comamos, dime ¿te gusto el viaje?
-Si gorda! Todo esto es maravilloso,'e encanta el lugar, la comida, el ambiente tan tranquilo.
Trascendió la cena con recuerdos de los últimos días y chistes. Su compañía era la mejor, estaba decidida a que regresando le iba a pedir que fuera mi novia, no aguantaba un segundo sin estar con ella. Me complementaba, era mi polar tierra, el amor de mi vida, el de ahora y el que quería para el resto de mis días. Calle interrumpió mis pensamientos.
-Poché...
De la nada, se levanto de la mesa y...

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