Halloween II

362 19 2
                                    

- ¿Cuántas veces has visto a Gatúbela amarrada para darle placer a Batman? – Noodle se tensó, lamiéndose el labio superior mientras veía a 2D quitarse el antifaz. – Quítate el traje.

- Pero sabrá mi identidad, señor. – Stuart le sacó la máscara, acariciándole una mejilla con la punta de los dedos.

- No sé si ya te fijaste, pero yo ya te estoy mostrando mi rostro. – Ella se sonrojó, sintiéndose tonta a darse cuenta de que él decía la verdad. – Ahora, quítate todo, quiero ver tu bonito cuerpo.

- Si señor. – Alcanzó el cierre que descansaba en su escote, bajándolo y alejando de su cuerpo la chaqueta de cuero, los ojos del cantante detallando cada movimiento.

- Espera. – Se sentó en un sofá, apartando las mallas que eran parte de su disfraz, mostrándole su erección a la mujer. – Sigue lo más lento que puedas y acaríciate mientras lo haces.

Ella asintió, mirando como los largos dedos se enredaban alrededor del pene del hombre, jadeando y quitándose la blusa entallada, temblando cuando cayó al suelo, sus pezones apretándose, el aire escapando de sus pulmones. Con un ligero estremecimiento, quitó los pantalones, gimiendo internamente cuando vio como él se masturbaba, sus ojos fijos en la erección que se hinchaba y crecía en la mano del cantante.

- ¿Lo quieres?

- Si, señor. – Stuart sonrió perversamente, haciendo un gesto para que la guitarrista se arrodillara.

- Quería atarte, pero creo que lo dejaré para otro día, en verdad me gusta cuando me acaricias con esos dedos tan pequeños, se siente muy bien. – Se puso de pie, acercándose a la mujer, dándole una vuelta y agachándose, abrazándola por la espalda. – Deseo tu boca, mi amor, pero también quiero acariciarte y tocarte entera. – Ella suspiró cuando las manos grandes apretaron sus pechos, la lengua del cantante abriéndose paso por la parte trasera del cuello de Noodle. – Quiero tanto saborearte, hacer que llores de placer, que solo pienses en mí, que...- Frotó su erección con la parte superior de sus nalgas, Noodle levantando un poco su cuerpo y apretándose contra 2D.

- Mi señor, yo...yo lo necesito. – Jadeó al sentir como tomaba el lóbulo de su oreja derecha entre los labios, succionándolo, una mano abandonando sus pechos para acariciar su abdomen, bajando para tantear la piel sensible antes de mover sus dedos hacia los pliegues de la joven, ella arqueándose.

- Separa más las piernas. – Ella hizo caso, un dedo tocando con suavidad el pequeño botón de placer de la japonesa. – Siento tu humedad.

- Señor...por favor.

- Tiéndete sobre tu estomago y levanta tu trasero hacia mí. – Jadeó cuando ella hizo lo que le dijo. – Abre bien, quiero sentirte toda. – Frotó la punta de su erección con la entrada de la mujer, su cuerpo apretándose de placer cuando entró en ella.

Se quedó quieto, Noodle jadeando, murmurando palabras inentendibles.

Comenzó a moverse con lentitud, pistoneando sus caderas de adelante hacia atrás con parsimonia, disfrutando de los gemidos de ella.

Se mordió el labio cuando vio como ella levantaba levemente su torso, girándose para mirarlo suplicante, con los ojos llenos de lágrimas de placer.

Comenzó a moverse más rápido, agarrando las caderas de Noodle fuertemente, enterrando sus dedos en la piel blanca. Abofeteó con fuerza, mascullando un par de maldiciones mientras veía la espalda de la mujer, deleitándose con el estremecimiento que podía vislumbrar en la columna de ella.

Sacó una mano de las caderas de Noodle, deslizándola hasta la entrepierna femenina separando sus pliegues para acariciar el centro de placer de la joven, ella gimiendo y apretándose alrededor del pene de Stuart, un fuerte espasmo recorriendo su cuerpo, su boca abriéndose para dejar salir un grito silencioso.

2D siguió penetrando y acariciándola hasta que se detuvo, gruñendo mientras su semilla se desparramaba en el interior de la mujer, sus dedos obligándola a permanecer pegada a él.

- Esto no ha terminado. – Jadeó, soltándola y saliendo de ella. – Descansa cinco minutos y después ve a la cama, hay vino y unos juguetes que quiero usar en ti. – Le dio una palmada en una nalga, poniéndose de pie y caminando hasta una mesa al lado del gran ventanal que daba a la ciudad, abriendo una botella y sirviéndose una copa.

Jadeó cuando unas manos se deslizaron por su pecho, abrazándolo.

Parecía que Noodle no quería descansar.

Día A Día ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora