Día A Día Contigo

Pétalos VI

Noodle miró atentamente una gota de lluvia que resbalaba suavemente por el vidrio de la ventana, suspirando de vez en cuando al ver que varias gotitas se unían a la suya.
Sopló contra el vidrio, empañándolo, dándole una pizarra improvisada donde escribir. Apoyó el dedo índice y empezó a trazar líneas al azar, terminando por crear un retrato dudoso de una persona, sonriendo levemente al ver el par de ojos oscuros que resaltaba en la mancha gris, dibujando a su lado un rostro más pequeño e igual de feliz que la imagen central.
- 2D y Noodle por siempre. – Musitó para luego borrar el dibujo, sintiendo como la rabia empezaba a fluir por su sangre.
- ¿Corazón? – Levantó la cabeza para ver a Russ  mirarla preocupado.
- Russel. – Contestó.
- ¿Qué sucede cariño?
- Nada. – Contestó escuetamente.
- Cuando una mujer dice que no le pasa nada, es que le pasa de todo.
- No lo entenderías. – Volvió su mirada a la ventana.
- Parece mal de amores. – Ella se tensó, suspirando.
- Creo que tienes razón.
- ¿Tiene que ver con cierto cantante de pelo azul?
- Sí.
- ¿Qué hizo ahora?
- Me enamoré de él. – Dijo llorosa, hipando.
- ¿Y eso qué? Sé que él también siente algo por ti.
- Ese es el problema, Stu ya no siente nada.
- ¿De qué hablas?
- Se enfermó y Murdoc tuvo que curarlo, pero ahora ya no tiene sentimientos.
- ¿Es eso posible?
- Eso creo. – Se limpió el rostro.
- Eso suena extraño, no puedo creer que Stuart haya dejado de sentir.
- En especial, se olvidó de mí.
- Es imposible, amor, seguro que sólo debe ser una etapa.
- No lo es.
- Tienes que hablar con el idiota.
No respondió, cerrando los ojos, hasta que Russel se fue, dejándola sola.
Un par de pasos hicieron que se moviera de su lugar, murmurando un par de palabras.
- Russ, quiero estar sola.
- Noodle. – Esa no era la voz del baterista. – Noodle, tenemos que hablar. – Separó los párpados para ver al hombre frente a ella, su corazón latiendo desbocado.
2D se veía diferente y eso la llenaba de esperanza.
Tal vez él aún podía sentir algo por ella.