Sueño

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Parecía un sueño, algo salido de algún cuento de hadas alemán o francés: grandes y frondosos árboles, niebla y una delicada capa de hierba cubriendo los costados de un camino de piedra que atravesaba el bosque.

Con paso trémulo, caminó por el estrecho sendero, agradeciendo internamente que hubiese algo que lo guiase para no perderse entre el follaje, porque, a decir verdad, él no era la persona con el mejor sentido de orientación del mundo.

Silbó, alegre, una melodía que llegó a su mente, siendo acompañado por el murmullo de las hojas al ser acariciadas por el viento, también uniéndose al coro unas cuantas avecillas que revoloteaban sobre su cabeza.

Se detuvo unos segundos, pensando como diablos había llegado a ese lugar, dándose cuenta de que no sabía cómo había aparecido allí. No le dio mucha importancia, pero le preocupó estar solo, su cerebro tratando de recordar si había visto a algún miembro de la banda cuando despertó.

Algo en el suelo le llamó la atención, una mancha roja seguida por otra y otra, cada una siendo más seguida hasta volverse una pequeña senda dentro del mismo camino. Con curiosidad, lo siguió, deteniéndose cuando llegó hasta un murillo de piedra, unos gemidos resonando del otro lado.

Con mucho cuidado, se trepó en la roca, echando un vistazo, su sangre congelándose en sus venas.

Un grito emergió de su garganta, su cuerpo sobresaltándose, cerrando sus ojos con fuerza. Cuando los volvió a abrir, un par de brazos se aferraban a su espalda, tratando de tranquilizarlo.

- Toochi, esta bien, todo bien. – La voz de Noodle lo consoló, él apartándola suavemente y dejándose caer sobre la cama. - ¿Qué paso?

- Pesadilla.

- ¿Quieres hablar de eso? – Él negó, ella recargando su cabeza en el pecho masculino. – Entonces deja que te cante para que vuelvas a dormir.

Con un suspiro aliviado, se dejo llevar por su voz, sumiéndose nuevamente en el sueño.

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