Incómodo IV

372 18 3
                                    

- ¡No-Noodz! – Exclamó, girando la cabeza para asegurarse que solo se tratara de la guitarrista.

- Repito, ¿Qué estabas haciendo?

- N-nada, amor. – Trató de abrocharse los pantalones, sin embargo, ella se movió rápida, parándose derecha frente a él.

- ¿Qué fue lo que te dije? – Susurró, dejando la bolsa que traía con algunas cosas que había comprado en el mercado para preparar el almuerzo. – Cada vez que tengas ganas, solo tienes que llamarme.

- Pero...pero estabas en el...- Ella se arrodilló, acercándose a la entrepierna masculina.

- No importa dónde esté, siempre tendré tiempo para ti. – Apartó las manos que aún cubrían la erección de Stuart, sonriendo al ver su dureza irguiéndose frente a ella. – Sabes que tocarte jamás será tan bueno como esto. – Musitó, observando el rostro de 2D antes de sacar la lengua y pasarla por la cabeza de la erección, un sonido de deleite saliendo de la boca de ella que reverberó por todo el cuerpo masculino.

- Noo-Noodz. – La lengua se deslizó lentamente por la carne caliente, los ojos verdes de la joven detallando las expresiones del rostro de Stuart mientras su propio cuerpo comenzaba a calentarse.

Durante unos minutos se dedicó solo a lamer, saboreando su piel y la salinidad del líquido claro que cubría la punta del objeto de sus deseos, sin embargo, eso pronto la cansó, moviendo su boca para encerrarlo dentro, moviéndose hasta que sintió una ligera arcada, apartándose de inmediato con una gran sonrisa.

- Muy bueno. – Musitó, volviendo a su lugar, su lengua serpenteando por el pene del cantante, su respiración cortándose mientras ella se movía.

De arriba abajo, más húmedo, el ruido de chapoteo y succión deleitando al hombre, su piel enchinándose y sus músculos apretándose. Se sintió al borde de la locura, sus dedos crispándose sobre los cojines del sofá.

- Noodle. – Ella chupó más fuerte, pasando una mano por sobre un muslo masculino vestido, gimiendo cuando él gruñó fuertemente. Con un sonoro "plop", abandonó su tarea, poniéndose de pie para quitarse la ropa interior, pateándola a algún rincón olvidado de la sala, sonriendo cuando él abrió sus ojos negros.

- Es hora de que me premies. – Se subió sobre su regazo, levantando apenas las caderas para deslizarlo en su interior, un jadeo extasiado escapando de sus labios, las manos grandes del cantante levantando la falda que ella aún estaba usando para acariciar su suave piel. – Te sientes tan bien, Toochi.

- ...- Él no fue capaz de decir nada coherente, ella comenzando a cabalgar con movimientos rápidos y duros el miembro del cantante.

Con gesto lascivo, Noodle acercó su boca a la de él, besando con fiereza los labios de él, las propias caderas de 2D levantándose para encontrar los movimientos de ella, gruñendo en medio del beso.

Jadeó con ganas mientras su lengua empujaba contra la masculina, tragándose los gruñidos que trataban de escapar de su garganta. Su cuerpo tembló, tensándose rápidamente, separándose para gritar su gozo, Stuart aprovechando para besarle el cuello y dejar un par de marcas, sus largos dedos enterrándose en los muslos femeninos.

Sin más ganas de aguantas, se dejó ir con ella, llenándola con su semilla, ella gimiendo de deleite, su cabeza echada para atrás, exponiendo su cuello al igual que él.

- Ya lo sabes, cada vez que me desees, me tendrás. – Musitó con voz temblorosa, pasando sus brazos por su cuello.

- Te quiero, amor.

- Igual que yo, cielo.

______________

Las puertas de la casa se abrieron, dejando entrar a dos figuras que charlaban animadamente. Una de ellas, la más grande, se detuvo en la sala, observando a dos cuerpos que se abrazaban mutuamente.

- ¿No es bonito? Deben haberse quedado dormidos mientras nos esperaban.

- Tal vez estaban planeando mi fiesta de despedida. – Russel negó, indicándole a Ace una cobija colgada en una vieja silla de estilo napoleónico.

- Deja que los cubra, es mejor que sigan durmiendo. – Razonó el moreno. – Nosotros vayamos a dormir también, que estoy muy cansado. – Ace asintió, metiéndose las manos en los bolsillos antes de que algo de un color fuerte tirado en el suelo.

- ¿Qué hace esto aquí? – Indicó la ropa interior femenina, Russel encogiéndose de hombros.

- Puede que sea de Murdoc, aún encuentro las cosas de su colección tiradas por ahí.

- ¿Debemos levantarlas?

- Neh, mejor vámonos a descansar antes de despertar a los niños. – El bajista interino y el baterista dejaron la sala, sin saber que esa prenda era de Noodle.

Por el bien de Stuart, era mejor que jamás lo supieran.

Día A Día ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora