Consejo VI

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Ella se desperezó, sonriendo mientras miraba a su lado, el pelo azul del cantante contrastando con su almohada blanca. Se acurrucó contra él, besando con ternura un hombro pálido, el hombre removiéndose incomodo hasta que se dio la vuelta para encararla, entreabriendo sus ojos aún pesados por el sueño.

- Hey Toochi.

- Buenos días, amor. – La abrazó, acariciándole el pelo.

- Mmm, me gusta estar así.

- A mí también. – Susurró 2D. - ¿Estás bien? ¿te duele algo?

- Estoy bien, no podría estar mejor, mi amor. – Murmuró de vuelta, pasando una pierna por sobre la cintura del cantante.

- Estaba pensando en algo.

- ¿Qué cosa?

- Pues, a veces, cuando terminamos de jugar- Movió sus cejas de manera sugerente, como dando a entender de que tipo de juego hablaba. - Pienso en que si a ti te gustaría...

- ¿Me gustaría?

- Tomar las riendas.

- ¿Cómo?

- En vez de ser yo quien dé las ordenes, tú puedes hacerlo.

- ¿Cuándo? – Pregunto lamiéndose los labios, soltándolo y sentándose en la cama, mirándolo directamente a los ojos.

- Tú dime, es un regalo para ti, ángel.

- Esto es muy repentino. – Stuart se dejó caer de espaldas, sonriendo socarronamente. – Dame un par de horas para pensarlo y decidir cuando quiero que lo hagamos.

- Puedo esperar. – Ella se acomodó en su pecho, paseando un dedo por su piel, sonriendo.

Si él le quería dar esa oportunidad, ella la iba a aprovechar.

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