Mascota

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Observó con atención la caja que Noodle había dejado sobre su cama, tratando de olfatear el aire para adivinar de que se trataba, pensando en lo que podía ser, desde galletas hasta un arma de destrucción masiva.

Casi le da un infarto cuando la caja se movió, un pequeño chillido proviniendo del interior, mirando a su alrededor para buscar algo con que destapar la caja y averiguar de una vez por todas que escondía.

Con la mano temblándole, alcanzó una rama que había encontrado en la calle y le había parecido bonita para luego estirarla y tratar de quitar la tapa de la caja, lográndolo en el intento número veinte.

Con cautela, se acercó para ver lo que estaba escondido allí, pensando en que tal vez pudiese ser un demonio invocado por Murdoc y llevado a su cuarto para jugarle una broma.

Vio ojos rojos y una piel enfermizamente blanca, orejas enormes y patas fuertes.

- ¡Toochi! - Se asustó al escuchar el grito de la japonesa, tensándose cuando ella se acercó saltando a él. - ¿Te gusta?

- T-tú lo trajiste.

- Oh, Yuki-chan será tu compañera ideal cuando yo no esté y también puede ser amiga de Katsu.

- Pe-pero es...

- ¡Un conejo! - Dijo ella efusiva, apartándolo para tomar al animal en brazos, acariciando sus largas orejas blancas. - Es tan linda como tú, Stu.

- Yo...no...- No pudo evitar sentirse intimidado cuando los ojos rojos lo miraron fijamente y odió la idea de ver la misma mirada en la noche, cerca de su rostro.

- Yuki-chan ya te quiere, ahora los dejaré solos para que puedan conocerse mejor. - Dejó al conejo en la cama, aprovechando para besarle una mejilla al cantante, saliendo del cuarto con una gran sonrisa.

2D miró abrumado al animal quien lo veía con los ojos entrecerrados como si estuviese juzgándolo.

Perfecto, otro crítico en su vida.

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