Stuart observó insistentemente la pantalla apagada del televisor de la sala, parpadeando lentamente de vez en cuando, su mente concentrada en recordar lo que se suponía que había hablado con Noodle.
- ¡Toochi! - Se estremeció ante el alegre grito de su mejor amiga, quien se dejó caer al lado de él en el sofá.
- N-n-Noodz.
- ¿Y? ¿Pensaste en lo que te dije?
- Yo... yo no puedo.
- ¿Por qué? - 2D se preguntó lo mismo.
- Tu primera vez debe ser con alguien a quien ames.
- Te amo, Stu, lo sabes. - Él cerró los ojos, recostándose en el sofá.
- Pero no como hombre, sino como hermano. - Dijo. - Debes esperar a sentir verdadero amor romántico por alguien.
- ¿Acaso tú amabas a la primera mujer con la que te acostaste o amas a todas las groupies que se te lanzan encima antes y después de los conciertos?
- N-n-no, pe-pero es diferente para los hom-hombres - Medio explicó.
- Entonces llegaré a los 29 siendo una virgen, ¿No? - Stuart la miró apenado, queriendo que ella lo entendiera. - Hubiese buscado a alguien en tinder o en la calle, sería más fácil.
- Debes buscar a alguien que te quiera y te haga sentir especial.
- Tú me harías sentir especial, Stuart, confió en ti y sé que no me harás daño, además, sabes que hacer.
- Amor, es difícil, te vi crecer. - Ella negó, 2D tomando su rostro para mirarla a los ojos. - Suma a eso que soy un viejo y que mi cuerpo no es el más agradable a la vista.
- Ayúdame a crecer de esta forma, asegúrate que alguien que se preocupa por mí me enseñe lo que es el sexo y el placer. - Agarró una de las manos que la sostenían por las mejillas, acariciando los nudillos. - Y lo de viejo, si no supiera tu edad, creería que tienes los mismos años que yo, sé que crees que no eres atractivo, pero te equivocas, eres hermoso por dentro y por fuera y eso me hace desear que seas el primero, porque sé que tú lo apreciaras, no como cualquier idiota que puede decir que me ama y no conoce ni la mitad de lo que soy.
- Noodz, Noodzy, yo... - Se vio interrumpido por sus labios que lo besaron sin previo aviso, su propia boca correspondiendo sin dificultad, dejándose llevar por su dulce sabor, separándose sólo para tomar una bocanada de aire antes de continuar.
- Esta noche no estarán los chicos. - Sopló mirándolo directamente a los oscurecidos ojos. - Te esperaré en mi cuarto, si no llegas, entenderé y no insistiré más con el tema.
- ¿Y s-si voy?
- Pasaremos la noche juntos como mujer y hombre. - Explicó con calma, tratando de no insultar su inteligencia. - Toochi.
- ¿Qué?
- No olvides que te amo y respetaré tu decisión, sea cual sea.
- También te amo, Noodle. - Ella se separó de él, levantándose del sofá para irse a su cuarto, dejando a 2D nuevamente solo.
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Murdoc bufó por lo bajo, esperando que su vocalista abriera la boca, sin embargo, él parecía un poco reticente, a pesar de que fue el mismo 2D quien pidió hablar con él.
- Si sólo querías verme, idiota, no era necesario inventar una excusa ridícula, que me invitases a un bar con un par de putas hubiera sido suficiente.
- N-no es eso, y-yo necesito u-un consejo.
- ¿Y no pudiste pedírselo a Russel?
- Él no lo entendería.
- Bien, habla. - Cruzó las manos sobre su vientre, acomodándose en su sofá favorito, la imagen de una mujer desnuda adornando una pared, Stuart preguntándose si había sido buena idea pedirle consejo al satanista.
- H-hay una c-chica que q-quiere acostarse con-conmigo.
- ¿Ese es tu problema? Demonios, ya quisiera yo tener uno de esos.
- No l-lo entiendes, ella es especial, diferente.
- ¿Por qué? ¿Es virgen? - 2D asintió avergonzado, Murdoc sonriendo peligroso. - ¿La conozco?
- S-si... no... puede ser. - Trató de responder, sus propias palabras enredándose en su lengua.
- ¿Te pidió que le dieras en su primera vez? Espera, no será una china de ojos verdes ¿O sí? - Stuart palideció más si eso era posible, el bajista observándolo con los ojos abiertos desmesuradamente antes de explotar en una ruidosa carcajada.
- Yo... ella... Noodle me lo pidió como favor.
- ¿Y ya le dijiste a Russel lo que su niñita pervertida quiere contigo?
- No q-quiero morir aun.
- Y vienes donde tu líder todo poderoso a pedir que te guíe a la cama de la mocosa.
- N-no es eso...
- Pues sólo puedo decir que si la vida te da limones, haz limonada, porque Noodle si que tiene limoncitos en vez de ...
- C-cállate, Mudz.
- ¡Qué mal educado te estás volviendo, Stuart! Tendré que golpearte con el periódico para que aprendas a comportarte. - Amenazó como si 2D fuese una mascota. - Agradece que estoy de buen humor, así que ve y diviértete con Noodle. - Ordenó, Stuart obedeciendo y marchándose a su habitación, confundido con la actitud del bajista.
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Stu se sentó derecho en su cama, colocando los pies en el suelo, indeciso entre el ir con Noodle y el quedarse en su habitación, viendo su reloj de pulsera, suspirando al saber que no había nadie más en casa que la japonesa y él, los otros dos miembros de la banda no volverían hasta dos días después, dándoles a los más jóvenes la oportunidad de hacer lo que se les ocurriese.
Estiró una mano hacia su mesita de noche, alcanzando con sus largos dedos el "regalo" que Murdoc le había dejado para aprovecharlo con Noodle, él haciendo una mueca graciosa, dejando salir todo el aire de sus pulmones ¿Qué pasaba si no iba y Noodle ya no era la misma con él? ¿Y si iba y no la satisfacía? ¿O si descubría que la necesitaba más de una vez, como una droga? Ese predicamento lo mataba, deseando que no tener que decidir.
Por su parte, Noodle aguardaba de rodillas en su futón, peinándose el pelo con los dedos, esperando a que la puerta sonará o que 2D apareciera de una vez por todas, la espera torturándola, temblando bajo la suave tela del camisón que había elegido con la intensión de parecer más atractiva para su amigo.
Aguantó un par de lágrimas cuando escuchó al reloj de péndulo del primero piso anunciar que era pasada la media noche, comprendiendo que Stu no quería echar a perder su amistad con un momento de irresponsabilidad, sin embargo, ella lo deseaba a él y no quería darle su más precioso tesoro a nadie más. Se hizo a un lado para mover las mantas de su futón para poder arroparse y dormir, deteniéndose cuando la manija de la puerta finalmente hizo lo que había deseado, Stuart empujando la plancha de madera y entrando, su cara completamente sonrojada.
Levantó la mirada para ver sus ojos verdes brillantes y cerrar detrás de él, convencido de que su amistad no moriría, sino que se transformaría en algo más fuerte y duradero, siempre que pudiese besarla y llevarla a su lado por todos los caminos que el destino le pusiera por delante.
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Día A Día Contigo
FanficSerie de historias cortas. (Gorillaz pertenece a Jamie Hewlett y Damon Albarn , yo sólo uso los personajes para divertirme)