Familia II

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- ¿Para qué mierda nos quiere la china a todos juntos?

- No lo sé. – Stuart se apretujó las manos nervioso, como si tratara de quitar la piel de sus manos.

- Debemos estar tranquilos, quizá nos quiera comentar de alguna nueva mascota que adoptó.

- No quiero otro gato, Katsu vive mordiéndome los dedos, como si quisiera comerme.

- Te quiere espantar, sabe muy bien quien es malo y quien no, por eso lo hace. – Explicó Russel, Murdoc chasqueando su larga lengua, no muy convencido.

Los tres se quedaron en silencio cuando vieron a la mujer asomarse por la puerta con unos papeles en la mano derecha, suspirando cuando se encontró con los ojos de sus compañeros de banda.

- Noodz ¿qué sucede? – Preguntó alarmado 2D cuando vio un par de lágrimas caer por las mejillas femeninas.

- Stu...Toochi...te vas a enojar conmigo. – No mencionó a los otros hombres, Stuart apresurándose a estirar los brazos para atraparla y enredarla en un abrazo apretado, ignorando a Murdoc y Russel.

- No podría enojarme contigo, amor, eres mi mundo, mi musa, eres todo lo que tengo, cielo. – Consoló, el bajista haciendo una mueca de asco al ver la cursi escena que se desarrollaba frente a él.

- Ten-tengo un re-retraso. – Stuart no pareció comprender muy bien lo que ella decía, tomándola del mentón para poder ver bien su rostro compungido.

- Eso ya me lo habías dicho, Noodle.

- Toochi...Toochi...vas...vas a ser padre. – Apenas susurró, cada célula del cuerpo del cantante se congeló, su respiración deteniéndose momentáneamente, Noodle asustándose, creyendo que en cualquier momento el hombre se desmayaría.

- Papá...voy a ser papá. – Su voz salió gangosa, sonriendo ampliamente para luego levantar a la guitarrista en brazos, dando vueltas con ella, riendo mientras repetía que tendría un hijo con la mujer que amaba.

Russel vio a la pareja con una sonrisa alegre mientras que Murdoc solo sacó la lengua, teniendo una única idea en mente.

Castraría a 2D.

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La doctora miró pacientemente a la pareja que parloteaba sin cesar, encendiendo la máquina de ultrasonidos para untar luego un gel frío en el vientre desnudo de la mujer japonesa.

2D respiró de manera desigual, sujetando la mano de su pareja mientras la doctora especialista paseaba un objeto blanquecino por el estómago de Noodle.

- Si se fijan bien, allí esta la cabeza y aquí las manos. – Indicó ella, Stuart estrechando los ojos sin comprender como esas manchas que la mujer mostraba eran parte de su hijo. – Su corazón late muy rápido y no parece querer quedarse quieta.

- ¿Quieta? – Los ojos de Noodle se iluminaron.

- Exacto, señores Pot, serán padres de una hermosa niña. – Anunció la galena con una sonrisa. – Felicitaciones.

- Una niña...una niña como Noodle. – Murmuró 2D extasiado.

- Ahora vamos a escuchar el corazón de su pequeña. – Noodle apretó la mano de Stuart, el sonido de los latidos de un corazoncito retumbando en la habitación.

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Se golpeó los dedos por milésima vez, releyendo nuevamente las instrucciones de armado de la cuna que trataba de construir.

- Nunca había visto algo tan ridículo en mi vida y llevo varios años conociéndote, Stuart. – Se burló Murdoc, echándole un vistazo a la habitación pintada de un tono pastel azuloso con trazos blancos que simulaban nubes, la imagen de un gran árbol levantándose en un rincón, debajo, una mecedora y una alfombra.

- ¿Por qué no te vas y dejas de burlarte de mí? – Pidió, tratando de hacer encajar dos piezas que parecían jamás ir juntas.

- Déjame eso, inútil, que, a este paso, Rachel se jubilará antes de que armes su cuna.

- Gracias. – Se hizo a un lado, dándose cuenta de las grandes habilidades de Murdoc con las herramientas, recordando que fue él quien había construido a Cyborg Noodle.

- No le digas a nadie sobre esto o te cortaré la lengua.

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