Perséfone

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Se sentó en el suelo duro, pestañeando un par de veces para acostumbrarse a la luz del lugar. Apretó una mano, dándose cuenta de que había un hilo roto en ella, el hilo de Noodle el cual estaba perdiendo sus colores brillantes a gran velocidad.
- Me pregunto porque te dejaron pasar, Stuart Pot. – L pareció ver a un hombre con una túnica larga frente a él, pero lo podía decirlo a ciencia cierta pues tenía el rostro cubierto por un grueso velo.
- Yo…yo vine a buscar a mi esposa y me dieron que la única forma es que usted vuelva a unir su hilo de la vida.
- ¿Volver a unir un hilo? No sé con quien hayas hablado, pero yo no hago eso, la muerte es la muerte, si el tiempo acabó, no puedo hacer nada al respecto.
- Pero… pero ¡Yo la amo!
- Bien por ti, aunque eso no me incumbe. – El ser se giró, dando por acabada la conversación, sin embargo, 2D no se dejaría vencer tan fácilmente, no cuando le había costado tanto llegar a ese lugar.
- Siempre tan duro con los enamorados, querido. – Una voz femenina se dejó oír, una mujer apareciendo como un fantasma, hermosa y pálida.
- ¿Ya regresaste amor?
- Mi tiempo arriba se acabó, era hora de volver a casa. – Explicó antes de correr para colgarse del cuello del ser, quitándole ese aire terrorífico que tenía.
Quizá no era tan malo como parecía.

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