- ¿qué?! no!!! - los ángeles corrieron hacia él y trataron de reanimarlo pero no había caso.
El abuelo, con los pocos segundos de vida que le quedaban recordó muchas cosas al escuchar las voces de sus nietos. Como la primera vez que fue abuelo y cargó a Tini en brazos, estaba demasiado feliz. O la vez que Cognac le hizo un berrinche para que le comprara un helado, o cada vez que Korn y Sour peleaban por cualquier tontería. Recordó cuando Truba llegó, era una pequeña cerdita de menos de 15 centímetros, o cuando fueron a la playa y Cus comenzó a comer arena y él tuvo que detenerla. Pasó por su mente el momento más feliz de su vida, su boda, y también sus tiempos de joven. Pensó en su padre, en su esposa, en sus dos mejores amigos Coppen y Rutherford y en su "Sobrino", el hijo de Coppen Hauge. Recordó aquel momento en que Dai y Abby organizaron una gran fiesta el día de su cumpleaños, si que lo habían sorprendido. Recordó la vez que tuvo que ir a sacar a Campahri de la correccional para menores, las tantas veces que iba a pescar en las madrugadas y muchas cosas más.
Por un momento todos dejaron de pelear con Carlos y pusieron manos a la obra para auxiliar a su abuelo, pero era demasiado tarde.
- ¿lo maté? - se preguntó Carlos a si mismo.
- lo mató! - todos lo miraron con odio y lágrimas en los ojos.
- y te pasará lo mismo a ti maldito - dijeron los dioses muy seguros y se acercaron para pelear contra él.
Aprovechando que los dioses mantuvieron a Carlos ocupado, los ángeles se sentaron en círculo al rededor de su abuelo, quien no soltaba todavía la mano de Cus.
- todo es mi culpa - dijo Tini - fui una tonta al dejarme influenciar por Carlos, de verdad creí que era bueno... y en segundo lugar, si nunca hubiera escondido los báculos nada de esto habría sucedido - dijo con lágrimas en los ojos.
- ¿por qué los escondiste? - preguntó Campahri.
- porque jamás aprendimos a llevarnos bien entre todos... y creí que esta era una buena oportunidad para lograrlo... lo siento mucho!
- no es solo tu culpa - dijo Awamo - nunca debimos pelear en primer lugar...
Todos asintieron mientras lágrimas caían de sus ojos al ver a su abuelo. Korn solo miraba todo desde lejos.
- somos todos completos inútiles - dijo Vados - ni entre todos pudimos salvar al abuelo.
- al parecer no valemos nada sin los báculos - Whis negó con la cabeza.
- no puede ser que un maldito hechicero pudiera hacer tanto mal - Cuckatail partió en dos su varita, no pensaba usarla nunca más.
- si tan solo papá estuviera aquí - dijo Marcarita mientras lloraba - para decirnos qué hacer!
- seguramente él también está muerto - Sour negó con la cabeza.
- ¿eso quién te lo garantiza? - Danielle lo miró a los ojos - no lo has visto ¿o si?
- no pero...
- pero nada - lo interrumpió.
- no podemos sentir su Ki - dijo Mojito - y eso solo significa una cosa.
- tampoco podían sentir la presencia de sus báculos, pero aparecieron ¿no?
Al escuchar eso todos se limpiaron los ojos y la miraron.
- ¿qué estás insinuando? - preguntó Campahri.
- que el tío Dai no está muerto - contestó Tobías.
- pero si no está muerto... y no podemos sentir su Ki - preguntó Cus - ¿dónde está?
Todos se alzaron de hombros, nadie tenía idea de donde podría estar, ni siquiera estaban seguros de que estuviera vivo. Solo sabían que se no aparecía pronto, todo estaría acabado.
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12 ángeles, 1 problema
RandomTodos los ángeles se reunieron en el castillo de Daishinkan sin aviso alguno. Habían escapado de sus rutinas para hacer algo que desde hace muchísimo tiempo no hacían "convivir" Vados tuvo la genial idea de escabullirse con sus hermanos hacia el te...