Alianza con los dioses

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Después del torneo, todos estaban cambiándose de ropa para ir a la fiesta que Hit se sacó de bajo la manga. Todos habían quedado exhaustos de la pelea.

- señor Geen - se acercó Martinu moderadamente - debo hablar con usted y con Ugg - acto seguido los teletransportó al bosque.

- ¿qué pasa Tini? - preguntó Geen extrañado.

- escuchen - puso las manos en los hombros de ellos - hace unos días vinimos mis hermanos y yo, pero se armó un caos porque no pueden llevarse bien entre si. Así que tomé medidas por mi misma y escondí los báculos en una barrera de Ki.

- eso explica por qué estaban prohibidos - dijo Ugg - al parecer Hit ya lo sabía...

- correcto - dijo ella - los báculos no están perdidos, puedo aparecerlos cuando quiera, pero si no hacía esto, ellos nunca aprenderán. - suspiró - les confieso este porque necesito de su ayuda... señor Geen, cuéntele a todos los dioses de la destrucción y Ugg, tú le cuentas a todos los Kaio-Shin. Háganlo disimuladamente y expliquen bien lo que sucede con el fin de que no se alarmen. Anat ya lo sabe, Ea también pero creen que en realidad se perdieron... los demás tienen nulo conocimiento de esto. Pase lo que pase, por favor! que ninguno de mis hermanos se entere de lo que hice. ¿entendido?

- si - dijo Ugg - voy enseguida!

- muy bien - dijo Geen quitándose el otro zapato - de nada me sirve tener solo uno...

- ¿me va a ayudar o no? - preguntó Martinu fastidiada.

- ok - suspiró Geen - iré a decírselo a ellos.

Los dioses destructores y Kaio-Shin se enteraron poco a poco y guardaron cautelosamente el secreto.

- Martinu! - protestó Ea - ¿es broma verdad? 

- no - rió ella abrazándole.

- ¿con que tú nos encerraste en el cuarto de Zeno-Sama?

- no en realidad - dijo ella - eso fue mera coincidencia!

Ea suspiró y se limpió los lentes. Luego caminó hacia donde estaba Mosco.

Los ángeles recién habían reingresado con camisetas del color de sus vestuarios, ellos se situaron al lado de sus dioses de la destrucción sin saber que ellos ya sabían sobre la presunta desaparición de los báculos.

- Mesa, mesa, mesa que mas aplauda 

Mesa que mas aplauda le manda le manda
le manda a la niña!

- ¿qué cantas Cognac? - preguntó Kuru muy extrañado.

-Mesa que mas aplauda si! Mesa que mas aplauda no! 

Mesa que mas aplauda le manda le manda
le manda a la niña!

- basta! - gritó Quitela muy furioso.

- está bien... - suspiró Cognac. No habían pasado ni 10 segundos cuando Cognac comenzó a cantar nuevamente -    

Za za za y a tu za y a tu za

Za za za y a tu za y a tu za 

Za za za y a tu za y a tu za 

Za za za y a tu za y a tu za.

- cállate! - gritaron Quitela y Kuru a la vez. Cognac se cruzó de brazos.

- ¿por qué no me sorprende que eres tú el del desorden? - dijo Mojito burlándose.

- ¿van a empezar a pelear otra vez? - preguntó Vados - ustedes siempre son lo mismo... no se aburren de discutir!

- tú tampoco te aburres de coquetearle a Whis - dijo Mojito en tono desafiante.

12 ángeles, 1 problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora