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Alba

El lunes a las 9 en punto estaba entrando por la puerta del despacho de Laura, estaba algo nerviosa pero más por la expectativa tan alta que tenía puesta en este trabajo que por lidiar con el día a día. Cuando entré me encontré a un chico sentado en una mesa circular jugando con su bolígrafo, al verme entrar se puso en pie. Era moreno, muy guapo, vestía una camisa azul celeste de manga larga y unos pantalones chinos de color beige, a primera vista me pareció de lo más pijo, no me pegaba nada con la imagen de artista que tenía en mi cabeza.

- Hola – me saludó amable – Tu debes ser Alba Reche ¿Me equivoco?

- Hola, sí... ¿Tú eres?

- Soy Joan Garrido, conseguí la otra plaza que ofertaban para el trabajo, vengo de la Universidad de Barcelona, Sabela me ha comentado que tenía compañera nueva.  Claudia, la chica que estaba en tu sitio, ha dejado una vacante ya que le han concedido una beca en Francia

- ¿Sabela?

- Es la recepcionista, ya la conocerás, es una chica muy simpática

- Buenos días – irrumpió Laura en el despacho – Siento llegar tarde, estaba atando algunos cabos sueltos

- Buenos días – contestamos al unísono, me senté frente a Joan en la mesa circular y esperamos a que Laura hablase – Supongo que ya os habéis presentado, así que iré directamente al grano. Llevamos trabajando duro desde el mes de Febrero para conseguir que se lleve a cabo la exposición de un mes de duración que tendrá lugar el próximo mes de Enero, como veis no tenemos demasiado tiempo, hoy estrenamos el mes de Octubre y apenas nos quedan 3 meses.

- ¿Sobre qué versa la exposición? - Pregunte ansiosa

- Todo a su tiempo Alba, eres demasiado impaciente. Aún quedan algunos cabos sueltos como os he dicho, así que aunque os daré la primicia porque necesito que vuestra cabeza empiece a trabajar no podéis comentar esta información con nadie, ni siquiera el aparentemente inofensivo entorno más cercano, si el nombre que os de llegase a la prensa antes de que la galería anuncie oficialmente nada daré por hecho que habéis sido uno de vosotros y os iréis por donde habéis entrado – Tragué saliva cuando Laura dijo esto, se veía que estaba hablando en serio. Yo tenía clarísimo que de mi boca no se iba a saber nada, pero no conocía a Joan, esperaba que cumpliera su palabra, no pensaba jugarme el trabajo otra vez – Bien, los cuadros que tenemos intención de exponer a partir de Enero y que con un poco de suerte llegarán a lo largo del mes de diciembre para ir montando la puesta en escena serán de Natalia Goncharova.

Inconscientemente dí un pequeño salto sobre mi asiento y Laura lo notó corrigiendome con la mirada. Natalia Goncharova era una pintora rusa máximo exponente del cubo-futurismo, una de las corrientes de la vanguardia rusa pre-revolucionaria. Según la época a la que correspondiesen sus pinturas podías encontrar todo un tratado de colores en ellas o una época en la que se dedicó a trabajar con el negro pero no concevido como falta de color, sino resaltando la luz que había en él. Era una de mis pintoras favoritas y me encantaba el hecho de que la exposición estuviera dedicada a una mujer. Laura siguió explicándonos lo que pretendía de nosotros en las próximas semanas. Necesitaba que, aunque colaborando lo necesario entre nosotros, cada uno recabase información sobre la obra de la autora, su vida, las pinturas que se expondrían aquí, lo suficiente como para plantear una opción de cómo presentar la obra al público el día de la inauguración, cómo seducir a los distintos sectores sociales de forma que les fuera inevitable venir a ver, no sola la obra en sí sino la forma en que la entendíamos y mostrábamos al mundo.

- ¿Ha quedado clara mi propuesta? - Ambos asentimos mirándonos y sonriendo, yo al menos estaba entusiasmada, poder disfrutar de esas pinturas de primera mano, poder plantear mi perspectiva artística, cómo exponerlas, cómo hacer que llegasen al público, no podía estar más feliz al respecto – Bien. Como es tu primer día, Alba, espero que dediques un rato a conocer el centro por dentro y que sepas de qué espacios disponemos, Joan puede ayudarte en ello. Tendrás tu propio despacho, al igual que él, no es gran cosa pero tiene lo indispensable para que podáis trabajar concentrados en vuestro objetivo, Sabela tendrá tus llaves. Esto es todo por el momento, buena suerte a los dos.

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora