Natalia
Salí del restaurante rota, con ganas de llorar y a la vez de romper algo. Crucé la acera y me paré a fumarme un cigarro apoyada en la pared del callejón que daba acceso a la galería. Era tan gilipollas, que encima de la que había liado me quedé allí, a salvo de los ojos de la gente que iba y venía pero esperando que en cualquier momento Alba saliese del restaurante para buscarme, como si a ella ahora le apeteciera lo más mínimo estar a mi lado
- ¿Natalia? ¡Dios! Me había asustado al ver a alguien aquí a oscuras, no sabías que eras tú
Sabela salía de las oficinas por aquel callejón y se paró a saludarme amablemente, probablemente sería la única que a esas alturas no se había enterado que había puesto a Alba en evidencia delante de todo el restaurante. De repente, una idea algo loca se cruzó por mi cabeza, necesitaba concentrarme en algo y no quería volver a casa y enfrentar más peleas esa noche
- En realidad te estaba esperando, me preguntaba si es posible que desmonte el equipo de sonido esta noche, así me quedo tranquila y facilito la tarea a la hora de que la obra quede expuesta como lo estará las próximas semanas en la galería
- Pues, no sé... por mí no hay problema, en realidad aún no han revocado el permiso que os dieron para trabajar aquí de noche ¿Has hablado con Laura?
- Sí, claro – mentí – sin problema
Sabela habló con seguridad y como ya me conocían de haber ido allí un par de días no pusieron ningún reparo por el hecho de que desmontase el equipo aunque no estuviese Alba presente, y así pasé la noche de uno de los días más cansados y convulsos que había vivido en mi vida, trabajando en la galería, desmontado el equipo de sonido que había tomado prestado de la empresa para la que trabajaba y cargándolo todo en la furgoneta en la que había llegado hasta aquí unas horas antes para entregarlo lo antes posible.
Estaba enrollando los últimos cables del equipo cuando mi teléfono empezó a sonar. Casi me caigo tratando de cogerlo al pensar que se trataba de Alba, sin embargo mi sorpresa fue aún mayor cuando vi que la llamada era de Manu, quería que estuviese en las oficinas del almacén a las 8 de la mañana. No me iba a suponer ningún problema tener que ir, de todas formas ya tenía casi todo el material que había tomado prestado cargado en la furgoneta, lo que me parecía raro es que me citase un sábado a aquellas horas y allí, ese día al fin se supone que descansaría. Luego pensé en las veces que Manu me había sorprendido llevándome a montar algún espectáculo más profesional, y pensé que a pesar de no haber descansado, quizá era eso lo que necesitaba.
Cuando llegué al almacén tenía intención de pararme a descargar las cosas, aún faltaba para las 8, pero Manu ya estaba allí, con cara de pocos amigos y fumándose un cigarro, así que tras saludarle pasamos al interior y le seguí hasta la oficina, algo me decía que esta vez no me esperaba una sorpresa agradable.
Dentro de la oficina ya se encontraba Marcos, mi compañero de trabajo y el propio Arnau, el gran jefazo y marido de Noemí, aquello no tenía buena pinta y no terminaba de entender qué era lo que estaba pasando.
- Ah, Natalia, ya estás aquí, siéntate. – Tomé asiento junto a Marcos, Manu permaneció de pie detrás nuestra – Quería deciros que estoy informado de primera mano del desastre que fue ayer. Cada Navidad es lo mismo, de pronto hay un par de semanas que parece que no acabarán nunca donde se acumula todo el trabajo, el más desagradecido para vosotros, no creáis que no soy consciente... Lo que no había pasado hasta ahora es que en mitad de un montaje nos demos cuenta que falta material, y se resuelva sobre el paso, pero que ocurra cada día, cada vez con más frecuencia hasta llegar al extremo de tener el almacén prácticamente vacío, eso sí que es nuevo.
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CAUSA Y EFECTO
FanfictionAlba acaba de llegar a Madrid en busca del éxito profesional tras concluir sus estudios en Bellas Artes, en esta nueva aventura no estará sola, su novio la espera deseando completar con ella los planes que habían hecho de vivir al fin juntos. Natali...