Natalia
El cabreo inicial de llegar a la Galería y encontrar a Alba hablando con aquel chico que se la comía con la mirada había menguado durante el tiempo que pasé allí con ella. Me había centrado en aprovechar el poco tiempo del que disponía y dejarlo todo preparado para el día siguiente. Pero el hecho de que el volviese a insistirle me dejó claro que no me había equivocado al pensar que buscaba en ella aquello que había visto en sus ojos. Me molestó que no se cortase un pelo a la hora de invitarla a tomar una cerveza después del trabajo, que lo hiciera interrumpiendo nuestra conversación y trayéndole sin cuidado mi presencia. Él no tenía porque saber quien era yo, no nos habían presentado y Alba tampoco le había dicho nada, y entendí que no le hubiera dicho nada porque no se trataba de un amigo, ni siquiera de un compañero de trabajo del día a día como Joan. Se trataba de un simple operario que estaba allí durante un tiempo limitado y con el que Alba no tenía porque tener ninguna relación a nivel personal, sin embargo él estaba claro que sí que buscaba tenerla.
No soportaba esos celos enfermizos ni soportaba lo que provocaban en mí. Se trataba de un sentimiento totalmente nuevo, y no sabía como manejarlo. Siempre había creído a pies juntillas el discurso de que nadie es de nadie y que cada uno debe dejarse llevar y hacer lo que le nazca, de hecho fue el discurso que le lancé a María cuando me reprochó la primera vez que me entrometiese entre Alba y su por entonces novio, a mi no me dolía, estaba claro que la perdida no iba a ser mía. En ese momento lo sentía todo diferente, Alba removía todo en mí y no quería compartirla con nadie, no quería que ningún capullo se acercase a ella tratando de calentarla, como yo lo hice en su momento, porque cabía la posibilidad de que provocase cosas en ella, como también hice yo en su momento, y eso era algo que no soportaría.
Durante el camino de vuelta a casa trataba de disimular mi malestar, pero era complicado porque este provocaba hasta dolor físico. Estaba convencida de que Alba me había notado algo, además yo estaba más callada de lo normal y rehuí varias veces que me tomase la mano durante el trayecto en metro y ya en las calles próximas a nuestro bloque. Ella sin embargo no comentó nada al respecto, me trataba de sacar tema de conversación al que yo contestaba con monosílabos o se quedaba hablando de nada demasiado importante cubriendo el silencio, estoy convencida que solo estaba dándome tiempo para que se me pasase un enfado que en realidad no tenía mucho sentido, pero cada vez que me venía a la cabeza la idea de que ella se pudiese fijar en alguien que no era yo volvía aquella punzada de dolor y aplastaba de un plumazo toda la seguridad de la que en otra época había alardeado.
Llegamos al portal de nuestro piso y accedimos hasta el descansillo juntas, en silencio. Me paré frente a la puerta de mi piso y Alba también lo hizo, mirándome
- Me voy a dar una ducha Alba, que descanses – le deje seria mientras dejaba un pico en sus labios. Ella hizo caso omiso a mis palabras y rodeo mi cuello con sus brazos acercándose a mí
- ¿Por qué no vienes a mi piso? África y Damion se han ido a pasar los reyes a Tenerife con los padres de él, podrías ducharte allí
- Tienes trabajo – dije seca
Alba se pegó más a mí haciéndome recular hasta que topé con la puerta de mi piso. Tomó mi cara con sus manos y me habló muy cerca de los labios, rozándose tímidamente con estos
- Vengo de trabajar, y llevo desde que te vi queriendo quitarte esta ropa sucia con mis propias manos. Me pones mucho ¿Sabes?
- ¿No tenías que trabajar? ¿No era eso lo que te impedía tomarte una cerveza con el gilipollas de la coleta?
- Nat... no puedo ir a tomarme una cerveza con nadie cuando lo que estoy pensando desde que te vi es beberte a ti a sorbos – me volvió a decir convencida mientras su mano se pegó a mi sexo y lo acarició levemente con sus dedos

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CAUSA Y EFECTO
FanfictionAlba acaba de llegar a Madrid en busca del éxito profesional tras concluir sus estudios en Bellas Artes, en esta nueva aventura no estará sola, su novio la espera deseando completar con ella los planes que habían hecho de vivir al fin juntos. Natali...