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Alba

En cuestión de media hora el piso se había llenado de gente y hablábamos unos con los otros mientras bebíamos cerveza y esperábamos que llegases las pizzas. Me encantaba el grupo que poco a poco había ido construyendo en Madrid, a todos los que estaban allí los había conocido a través de María pero habían terminado por convertirse en mis amigos, y yo en la suya, no podía haber tenido más suerte en ese sentido. Éramos diferentes, pero encajábamos en lo fundamental, también éramos solidarios, tolerantes, respetábamos las opiniones de los demás y tratábamos de ser sinceros sin ofender a nadie, cada una a su manera, pero siempre sabiendo que ninguna trataría de hacer daño a la otra a sabiendas. Natalia había decidido ponerse cómoda, no teníamos intención de salir de casa, llevaba unos vaqueros negros y una sudadera ancha de color azulón, aunque daba igual lo que se hubiera puesto, siempre iba guapísima. Hasta sudada y con cara de cansada tras todo el día trabajando, primero en su empresa y después en el montaje de la Galería, me parecía que estaba atractiva. Cuando la vi aparecer yo me estaba riendo con Afri y las cosas que le habían pasado en el trabajo, siempre tenía anécdotas divertidas que contar aunque lo mejor era su forma de hacerlo, aparentando ese desdén fingido y esa altanería que me hacía reír aún más. Natalia se fue directa a saludar a Damion y Miki, casi siempre estaba con ellos cuando estábamos todas juntas, se ponían a hablar de música y se podría caer el techo que allí seguirían.

- Pues sí cariño, me dice que era necesario que le pusiese purpurina en el trasero porque su traje tenía una abertura justo en esa zona y lo llevaría al aire – me contaba África

- jajajajaja no puede ser ¿Y qué hiciste?

- ¿Me ves cara de maquilladora de culos Alba? No cariño, además tenía un culo horrible, le dí una cajita con polvos de purpurina y le indiqué dónde estaba el aseo para que se los pusiera solito

- JAJAJAJAJA ¿Pero de dónde salía esa persona?

- Yo que sé, uno de estos frikis que llevan a la TV, no imaginas que son reales hasta que te los encuentras en maquillaje – mientras me moría de la risa con Afri y sus anécdotas me dí cuenta que Julia estaba sentada en el sofá con cara de pocos amigos, no era habitual verla tan callada y seria cuando nos juntábamos, así que decidí dedicarle algo de tiempo

- Afri, me voy un ratito con Julia, no sé que le pasa pero tiene cara de culo

- ¿Qué le va a pasar bebé? Que te echará de menos, te ve incluso menos que yo, que ya es decir

- ¡Hala! Pero si vivimos juntas, claro que me ves más que ella

- Ya mi amor, pero conmigo no follas, lo lógico es que pasases más tiempo con ella ¿no?

Golpeé el brazo de Afri por lo que había dicho y me senté junto a Julia en el sofá, ella no me hizo mucho caso, estaba escuchando la conversación que se traían Dave y María, así que empecé a soplarle la oreja para llamar su atención, se giró a mirarme

- ¿Ya estás conmigo? ¿Qué te pasa? Te noto algo tristona esta noche

- No sé, estoy un poco de bajón pero no sé el motivo, ya te he dicho cuando has llegado que te había echado de menos

- Pues no se ha notado – me gire hacia ella y puse mis piernas sobre su regazo mientras yo seguía sentada en el sofá

- Alba, estabas hablando con Afri, que querías ¿Que fuese y te raptase?

- ¿Estás bien Julia? En serio, no sé por qué me dices eso

- No te preocupes, ya te digo que solo es un bajón, ya se me pasará – me dejó un pico en los labios y tomó mi mano, sin embargo lejos de seguir hablando conmigo se dispuso a seguir escuchando la conversación que tenía tan entretenidos a María y Dave, y se ve que a ella también

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora