CAUSA Y EFECTO

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Alba

Como había dicho Laura antes de llevarse a Natalia, estarían sentadas juntas, y tan juntas, una al lado de la otra. Traté de buscar la mirada de Natalia, necesitaba que me mirase a los ojos y que pudiese leer en ellos que sentía el comportamiento que parecía haber tenido con ella. La sorpresa inicial ya había pasado y solo podía pensar en lo imponente que lucía vestida con aquel elegante traje de chaqueta. Los ojos se me iban sin quererlo hacia su escote, se intuía que no llevaba nada debajo de aquella chaqueta y daba calor solo pensarlo

- Quiero que sepas que me ha parecido muy interesante tu punto de vista acerca de la visión femenina en el mundo del arte – me decía la mujer de la pareja de periodistas que estaba sentada justo a mi lado

- Gracias

- Tienes los ovarios bien puestos si te metes en una conversación entre Ricardo y Oliver para encima echarle abajo el argumento a ambos – dijo de forma tan descarada que consiguió sorprenderme – Me llamo Gloria, querida

- Encantada Gloria, soy Alba Reche

- Ya, eso ya lo sé, aunque no lo creas toda esta parafernalia en parte es por ti y por tu proyecto Alba, el cual estoy deseando descubrir, aunque al parecer encierra una sorpresa...

- Bueno, no sé si llamarlo así pero...

- ¿Tienes algún problema con tu plato? No has probado bocado querida

La verdad es que cuando aquella noche salí de casa para ir a cenar ni siquiera me había percatado de que no había comido nada en toda la tarde e iría a una cena donde probablemente el menú no sería precisamente vegetariano, así que apenas pude probar bocado del primer plato y el estómago empezaba a molestarme.

- No se preocupe...

- No me hables de usted, sé que soy algo mayor pero me hace sentirlo aún más

- Lo siento – sonreí, aquella mujer me estaba empezando a caer bien – no te preocupes Gloria, estoy disfrutando de la conversación y apenas tengo hambre

- Pues es una pena, está delicioso

Natalia seguía sin dignarse a dirigirme una sola mirada y yo cada vez lo hacía con más frecuencia ansiosa por que al menos se diese cuenta y terminase por ceder. La actitud de Laura hacia Natalia tampoco me estaba gustando nada ¿Estaba coqueteando con ella? Definitivamente sí, descaradamente además. Se le acercaba más de la cuenta para hablarle, le reía todas las gracias que ella soltaba, le daba un repaso a su escote con la mirada cada vez que Natalia giraba su cuerpo hacia ella para contarle algo, me estaba poniendo de mala leche por momentos y lo peor era que tras mi actitud aparentemente fría con Natalia, tenía miedo de que pensase en la forma de vengarse de mí dejándoselo fácil a Laura, ella era capaz de eso y de mucho más, ya lo había vivido en mis propias carnes.

Mientras Ricardo trataba de sonsacarme la dichosa sorpresa de la que les había hablado Laura, pensé que si seguía hablando de ello ni sería sorpresa ni sería nada, llegó el segundo plato. Esta vez no era carne sino pescado. Iba siendo hora que asumiese que no comería nada aquella noche, lo peor es que ya me había tomado un par de copas de vino y al tener el estómago vacío empezaba a sentirme un poco mal, o quizá solo era la actitud de diva que Laura se traía con Natalia ¿Pretendía llevársela a la cama aquella misma noche como lo había hecho en el pasado? Pues tenía toda la pinta de que aquella era su intención

- Y dinos querida ¿Cómo es encontrarse con alguna de las obras de Goncharova a solas y tener el privilegio de poder observarlas durante horas sin que nadie te moleste?

- Pues un auténtico placer, lo mejor del proyecto, diría yo...

- Disculpe señorita, si me permite que le retire el plato... le traigo su sopa de almendras – el camarero interrumpió nuestra conversación y de la nada retiró el plato de atún que ni siquiera me había molestado en tocar dejando sobre la mesa un cuenco con una sopa de almendra que despertó todos mis sentidos