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Alba

Llegué a mi piso de mal humor, no solo tenía que prepararme para la cena de aquella noche sino que además se habían ido al garete mis planes de invertir horas en el proyecto hasta que llegase la hora en que pudiese hablar con Natalia, cosa que tampoco sucedería ese día, y lo peor es que ella no sabía nada. Había cumplido su palabra de no volver a molestarme hasta que nos viéramos y yo seguía en mis trece de no comunicarme con ella por teléfono, sentía que ese tipo de conversación debía tenerla cara a cara, así que igual se quedaba al llegar con la impresión equivocada de que yo seguía estando muy enfadada con ella y estaba evitando verla, una absoluta mierda, vamos.

- Nenaaa... Realmente God is a woman – dijo Afri al verme entrar en el salón ya preparada para asistir a la cena de esa noche, había quedado con Joan en que pasaría a recogerme un rato antes ya que Laura nos había insinuado que estuviésemos allí temprano para ir recibiendo a los invitados junto a ella

- Gracias Afri, eres un amor – dije con cara resignada

- ¿Y esa cara? No te apetece nada ir a esa cena ¿no?

- Absolutamente nada, me ha pillado totalmente por sorpresa

- Ya...

- Afri... ¿Sabes algo de Natalia? – no sabía si hacerle esa pregunta, todo lo que tenía que ver con ella lo había guardado para mí en los últimos tiempos, aunque estaba claro que eso había cambiado y no fue algo que le pilló por sorpresa

- Bueno... María me ha comentado que llega hoy, pero más tarde de lo que imaginaba, probablemente aún esté metida en el tren – suspiré algo nerviosa y ella se acercó para tomar mis manos – Alba, sé que tenéis una conversación pendiente y que te habías hecho a la idea de que fuese hoy, pero tampoco es tan terrible. Ahora debes centrarte en el trabajo y ya habrá tiempo de que habléis, no sé... mañana quizá – mi teléfono empezó a sonar

- Ya, tienes razón... ese debe ser Joan que está abajo esperándome, en fin, mañana será otro día

- Claro que sí, esa es la actitud – cogí mi abrigo y me dirigí hacia la puerta mientras ella me animaba como si fuese a un torneo deportivo – Vamos Alba, vas que lo rompes, cómete a esos viejos verdes con patatas nena – Yo crucé mis dedos y me marché de allí sonriendo, adoraba la forma que tenía África de sacarme la sonrisa en aquellos momentos

El piso de Laura era bastante céntrico, no quedaba lejos del mío, pero Joan y yo habíamos decidido llegar juntos, así que se ofreció a recogerme ya que él no tenía la suerte de vivir tan cerca del centro. Se trataba del único ático de un bloque que se encontraba en una zona bastante exclusiva de Madrid, debía ganar una pasta para poder permitirse ella sola algo así. El salón era enorme, casi tan grande como todo mi piso entero. Había contratado un servicio de catering que trabajaría durante aquella noche sirviendo la comida y las copas, realmente no había exagerado nada al elegir mi atuendo, los invitados fueron llegando escalonadamente, la mayoría antes de la hora fijada, y cada cual iba más elegante que el anterior. Para las nueve de la noche, que era la hora a la que Laura había citado a la gente invitada ya estaban todos allí, y eran muchos, no podía imaginarme que fuesen tantos cuando habló de una cena en su casa. Conforme llegaban Laura estuvo todo el rato escoltada por Joan y por mí mientras les saludaba y nos iba presentando, así estuvimos hasta que llegaron todos

- Bien, habéis estado estupendos chicos – nos decía Laura en su papel de anfitriona, que era algo más distendido que el que solía tener cuando se relacionaba con nosotros en el trabajo – ahora servirán algo de vino y algunos aperitivos, sería buena idea que os empezaseis a mezclar entre la gente y despleguéis vuestros encantos para que empiecen a conoceros mejor

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora