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Natalia

Si unos días atrás me hubieran dicho en la plenitud mental en que me sentiría en este momento no me lo hubiera creído ni en mil días. Llevaba prácticamente toda la semana disfrutando de Alba, teniéndonos la una a la otra, y en un par de días viajaría por primera vez a Barcelona para incorporarme a un proyecto que sabía que solo me traería cosas buenas. No sabía en qué puto momento había cambiado todo para pasar del infierno más absoluto al cielo en el que ahora me sentía.

Alba se había ido a trabajar. Los últimos días pasaba allí las mañanas para después dedicarnos las tardes y sus noches la una a la otra. No sabía cómo sobrellevaría no verla durante cuatro días, sabía que tampoco era demasiado, pero se acababa de marchar a trabajar solo por unas horas y ya notaba su ausencia. Entré a mi piso dispuesta a darme una ducha y descansar hasta medio día que iría a recoger a Alba a la salida de la Galería.

- Natalia, voy a empezar a pensar seriamente que solo te gustaba estar en el piso por Julia, y no por mí – Volver a oír el nombre de Julia me tensó, cortándome el buen rollo con el que llegaba

- ¿A qué viene eso? No ha tenido gracia María

- Ahhh... Joder, lo siento, no me he dado cuenta. Solo quería meterme un poco contigo, te echo de menos. Te vas en dos días y no hay quien te vea el pelo, Miki y Dave se pasaron ayer por aquí para felicitarte y ni siquiera han podido hablar contigo aún en persona, ayer quedamos todas y no apareciste

- Ya, lo siento, he andado un poco ocupada

- Bueno sí, ocupada has estado aunque haya sido follando con Alba a todas horas

- Mariiii... Además, tampoco es que me vaya a la guerra, me tendréis aquí todas las semanas

- Oye Nat, en serio – algo debí decir que a María no le hizo mucha gracia porque empezó a hablarme enfadada – Me parece de puta madre que ahora tengas novia y que además os vaya tan bien que estéis haciéndolo a cada rato, pero hostia, somos tus amigos ¿No se te ha ocurrido pensar que igual nos apetece disfrutar de ti un rato?

- No hace falta que me lo digas tan seria – traté de bromearle poniendo cara de enfadada

- ¡Es que me cabrea en serio, Joder! Hoy es sábado, manda un mensaje por el grupo y quedamos esta noche, así guay, en plan despedida ¿No te apetece?

- Esta noche había quedado en ir a cenar con Alba

- ¡Joder! Te pasas el puto día con Alba

- ¿Y eso te supone un problema?

- Esto es increíble... No, no tengo ningún problema en que te hayas pillado tanto de una tía que solo quieras estar con ella, pero me duele que pases de mí, que pases de nosotros

- Yo no estoy pasando de nadie

- ¿En serio no lo ves? ¿Vamos a discutir por esto? Solo quería darte la opción de enmendar algo con el grupo y que saliese de ti hacer algo, no sé... porque te vas y últimamente no te vemos una mierda

- Ya, solo querías hablar conmigo de buen rollo – dije sarcásticamente – por eso nada más entrar por la puerta con una sonrisa en la boca me hablas de Julia

- ¿Yo qué...? Yo no te he hablado de... Mira paso, y si lo hubiera hecho ¿Qué pasa? Era nuestra amiga ¿Te acuerdas?

- Sí que me acuerdo María, me acuerdo todos lo putos días. Lo siento si hubieras preferido que ella estuviese aquí haciéndote compañía en vez de hacerlo yo

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora