Natalia
Hacía horas que Alba se había ido, las mismas que sentí que había muerto una parte de mí.
Hay culturas que consideran la muerte como el cambio más vital, qué ironía. El cambio que supone nacer a una nueva vida. Tuve que sentir que todo lo bueno que había en mí estaba muerto para entender que ella había sido la que me había traído aquella vida, aquel extraño tipo de felicidad de la que ya no disfrutaba.
Me costó reaccionar, comprender que se había ido, comprender que me había dicho que me fuera con ella y lo más importante, comprender que me amaba.
Alba me amaba.
Me lo había confesado entre lágrimas y yo no había sabido más que ponerme un escudo de dolor para anticiparme a la pérdida. Justo lo contrario de lo que había aprendido.
Las pérdidas podemos asimilarlas, lo que nunca terminas por asimilar es el miedo a no saber cómo lidiar con ellas.
Salí del piso de Alba y en menos de veinte minutos me encontraba aparcando frenética en el edificio donde Sara pasaba consulta. Sabía que no estaba actuando bien, no tenía concertada ninguna cita y no podía presentarme allí tras dos semanas ignorándola buscando su ayuda, pero estaba desesperada, al borde de un ataque de ansiedad.
- Necesito hablar con Sara
La joven recepcionista me miraba asustada. Había llegado dando gritos y exigiendo entrar directamente a su despacho. O lo hacía así, o acabaría allí mismo cayéndome al suelo.
- Lo siento señora Lacunza, no tiene usted cita y...
- ¡Qué me da igual, tengo que hablar con ella!
El hombre que esperaba en la sala de espera nos miraba nervioso. La recepcionista, visiblemente asustada, se encontraba entre el acceso al despacho de la psicóloga y mi cuerpo, impidiéndome pasar. Nuestras voces debieron llegar hasta su despacho, pues pude ver como Sara asomaba por el pasillo asustada, clavando sus ojos en mí
- Paula, está bien, déjame que hable con Natalia
- Sara... – dije nerviosa
- Has anulado tus últimas citas Natalia, hoy tengo la agenda completa ¿Por qué no te marchas a casa y te llamo cuando termine? Hablaremos entonces
- NO... no puedo – Sara me miraba interrogante, aunque sin perder su calma característica – Necesito que hablemos ya
Mi necesidad se vio acuciada por la falta de oxígeno que sentía. Tenía tal presión en el pecho que me impedía respirar con facilidad, empezaba a marearme y los brazos los sentía rígidos, las manos como garras inamovibles.
- Está bien, Paula discúlpate con mis pacientes por favor, diles que he tenido una urgencia. Natalia ¿estás bien? – Sara tuvo que sostenerme para evitar que me cayese allí mismo – ¡Paula, ayúdame!
Entre ambas me llevaron hasta un pequeño despacho junto al que Sara solía usar para trabajar. Me sentaron sobre un sillón y mientras Paula abandonaba la estancia, Sara me ayudaba a que respirase de forma normal con ayuda de una bolsa. No sé la cantidad de minutos que transcurrieron hasta que sentí que empezaba a respirar de nuevo.
- ¿Estás mejor?
- Sí – dije cansada por los efectos que el ataque de ansiedad había dejado en mí
- ¿Por qué no has venido estos días? - me preguntó con dulzura
- Me he estado viendo con Alba
- ¿Eso responde a mi pregunta?
- No estaba preparada para que me preguntases por ella – admití al fin.
![](https://img.wattpad.com/cover/188875213-288-k869554.jpg)
ESTÁS LEYENDO
CAUSA Y EFECTO
FanfictionAlba acaba de llegar a Madrid en busca del éxito profesional tras concluir sus estudios en Bellas Artes, en esta nueva aventura no estará sola, su novio la espera deseando completar con ella los planes que habían hecho de vivir al fin juntos. Natali...