87

5.8K 250 35
                                    

Natalia

Aquella noche había quedado con Alba para cenar, así que decidí pasar el día junto a mis compañeras de piso. La conversación que había tenido la noche de antes con Julia me había hecho darme cuenta del tiempo que habíamos pasado separadas, y no quería que eso volviese a suceder ahora que nos volvíamos a tener.

Pero la conversación con Julia no solo me hizo darme cuenta de esto. Sus palabras acerca de lo que ella pensaba que sentía por Alba consiguieron inquietarme. Ella decía que yo estaba enamorada de Alba y yo le decía a ella, y a mí misma en realidad, que eso no era cierto. Sin embargo, llevaba días esquivando las citas con Sara porque sabía que ella también incidiría en ese hecho, y yo no las tenía todas conmigo al pensar que, después de aquella sesión, seguiría pensando lo mismo. Hablar con Sara era como ponerte ante un espejo al que no le puedes mentir. Da igual lo que creas que piensas o sabes, cuando te pones ante el solo la verdad sale a la luz, y no siempre estamos preparadas para asumirla.

- Buenos días Mari

María aprovechaba la tregua que la lluvia había dejado aquella mañana y estaba rendida al sol que apretaba con fuerza aquel día

- Hola guapa ¿Julia aún duerme?

- Sí, ayer nos acostamos tarde, estuvimos hablando... ¿Tú?

- Cuando salí del pub me fui a casa de Pablo, acabo de llegar

- Me gusta Pablo – le dije sincera

- Y a mí – sonrió – Y Alba también me gusta...

- Mariiiii – le advertí. Sabía que Alba le había contado cosas, pero conocía a la María incisiva, era casi tan sagaz como Sara, no pensaba dejarme atrapar

- Vale... lo siento. Es que estás tan mona cuando se sienta en tu regazo y tú no sabes dónde meterte JAJAJAJAJA

María se reía divertida mientras recordaba las caras que debí poner en aquel pub, no pensaba entrar al trapo de sus bromas y seguir con ese tema

- ¡Déjame en paz, María! Está muy buena ¿Qué quieres qué haga? – disimulé como si lo que me provocaba Alba fuese solo cuestión de hormonas

- Sí que está buena la jodida rubia, sí

Tuve que reprimir el escalofrío de placer que me provocaron las palabras de María sabiendo que era yo quien la disfrutaba y disfrutaría aquella noche.

- Por cierto, no podéis hacer planes para el domingo, te lo aviso ya, en un rato lo comentaré por el grupo de whatsapp

- ¿Por qué? – Aquello me desalentó un poco, tenía la intención de pasar el domingo en la cama con Alba

- Es el cumple de Pablo, y el muy soso ni siquiera pensaba hacer nada, dice que no le gusta celebrarlo

- Es respetable María, le pasa a mucha gente

- Ya, pero me da pena que sea un día más. Le he convencido para que hagamos una barbacoa aquí, en el jardín, así al menos pasamos un buen día juntos

No pensaba hacerlo, pero por si en algún momento se me pasó por la cabeza ponerle una excusa, me pareció tan tierno que María se preocupase tanto porque aquel día fuese especial para Pablo, que no me cabía ninguna duda de que el domingo estaría ahí para ellos.

- Pues nada, ya tengo plan para el domingo

María se lanzó a abrazarme y yo no sabía que había hecho bien en la vida para estar rodeada de gente tan maravillosa.

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora