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Alba

Había pasado ya más de una semana desde el concierto y no había vuelto a ver a Natalia. Me propuse eso como objetivo y lo había cumplido a rajatabla, además, conforme pasaban los días me había sentido cada vez más y más enfadada con ella. Puede que yo me hubiera lanzado a la piscina porque había conseguido ponerme cardíaca, pero solo hubiese quedado en un calentón que habría pagado con Alex si ella no hubiera llevado todo hasta sus últimas consecuencias sabiendo que yo tenía pareja, que además era su amigo, y que me estaba complicando la vida. No tengo problemas en que alguien decida follarse a alguien distinto cada día, que cada uno haga con su existencia lo que le dé la gana, pero ahora pensaba que Natalia debería tener ciertos límites, había chicas solteras a montones dispuestas seguro a tener sexo con ella como para venir a enredar precisamente conmigo.

A María la había visto un par de veces, siempre deprisa cuando una de las dos entraba o abandonaba el edificio. Alguna vez me había dicho de quedar para tomar algo "un día de estos", pero yo siempre ponía una excusa y ella tampoco insistía demasiado, distaba mucho de ser la chica entrometida que se colaba en mi piso para ordenarme que me vistiera para irnos de concierto ¿Sabía algo de lo que había pasado entre Natalia y yo? A veces me lo planteaba

- Este fin de semana me voy a Barcelona con el equipo, lo sabes ¿no?

- Claro que lo sé, no dejas de repetirlo Alex

Estábamos en la cama, nos vinimos después de almorzar con la intención de compartir una siesta juntos, pero Alex no dejaba de lanzarme indirectas y meterme mano, es cierto que había estado ocupado y yo también, pero ya empezaba a desesperarse un poco porque no lo habíamos vuelto a hacer desde antes del famoso concierto, así que acabamos follando. Ahora estaba tumbada boca abajo en nuestra cama, él estaba sentado apoyando su espalda en la cabecera mientras observaba mi cuerpo y acariciaba mis hombros y parte de mi espalda

- Lo digo porque este fin de semana me echarás muuuucho de menos – se reía – y no podremos hacer cosas maravillosas como la que acabamos de hacer

- JAJAJAJA Eres un fantasma Alex

- Pero volveré mi amor, y estaré de vacaciones un mes enterito para satisfacerte

- Entonces estaré trabajando yo – me apoyé sobre los codos e incorporé un poco para mirarle – ¿tienes intención de convertirte en mi esclavo sexual?

- Podría – decía divertido mientras alzaba sus cejas repetidamente haciendo una mueca – siempre que me des tiempo entre polvo y polvo para recomponerme Alba, eres demasiado fiera para mí

- ¡Anda ya! - me reía a carcajadas – Como representante del género masculino lo llevas claro, no puedes luchar contra la naturaleza

- Entonces seré el esposo abnegado y tú tendrás que buscarte una esclava fémina que te sacie sin fin

- Ya, lo que me faltaba, aguantar a dos en vez de a uno – bromee incorporándome y acurrucándome junto a él – ¿Te he dicho alguna vez que soy bisexual?

- ¿QUÉ? Nooooo – dijo separándose un poco de mí y mirándome a la cara con una expresión entre incrédula y divertida difícil de interpretar - ¿Hablas en serio?

- ¿Te supone un problema?

- No, María es bisexual y me da igual, y Natalia no lo sé, pero vamos que las tías le van seguro. Solo me ha chocado un poco, no lo habíamos hablado nunca

- Y ahora que ha salido ¿Qué piensas al respecto?

Puso cara de pillo – Pues me pone cachondo, la verdad – se rió

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora