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Alba

Me lo estaba pasando realmente bien, al buen rollo que tuvimos durante toda la noche había que sumar el dichoso juego que se había sacado de la manga María y que estaba resultando sumamente divertido y Maruja, como ella misma había dicho. Había terminado sentada frente a Natalia y aquello me gustaba. Me gustaban las miradas que me echaba, como si quisiera desnudarme con la mirada, me gustaba lo tensa que se ponía cada vez que me tocaba contestar, pero sobre todo me encantó la cara que puso cuando contesté a una pregunta en la que hablaba claramente de algo que había vivido con ella, y ella lo sabía.

No sabía con qué energía aparecería por aquí, a mí una vez se me había pasado el enfado del otro día solo me quedaban ganas de volver a verla, además ahora me sentía más libre para hacerlo. Había dejado a Julia claro que aquello no era una relación de novias formal, no es lo que sentía por ella, y aunque nuestra actitud ante el resto era la misma, ambas sabíamos que aquello nos concedía una libertad de conciencia más amplia a la hora de tomar decisiones comprometidas. Sabía que era un poco ventajista, yo tenía a Natalia en la cabeza y ella probablemente solo a mí, pero más injusto era que siguiera con ella, reprimiéndome cosas ante Natalia que al estar delante mía terminaban irremediablemente surgiendo, o cortando definitivamente con ella, haciéndole daño a ella y a mí misma, pues en realidad me gustaba, aunque ya tenía claro que no tenía nada que ver con lo que sentía junto a la morena de pelo negro que ahora me miraba ocultándose tras su copa confiada en que no me daba cuenta

- Turno de María – se dijo a sí misma – Te toca Lacunza

- ¿La tienes tomada conmigo? A mí ya me has preguntado – le contestó Natalia – Es que vas a matar

- Tranquila, esta te la hago más soft – reía María – A ver, reina de me lo tiro todo pero no tengo sentimientos – Natalia protestó riéndose pero todos apoyaron a María con gestos - ¿Alguna persona te ha dicho alguna vez algo que te ha dejado boqueando? Ya sabes, flipada perdida y caliente a la vez... - especificaba María que por muy soft que tratase de ser siempre acababa en lo mismo

- Mmmm sí, lo tengo claro

- Suelta por esa boquita Natalia – la animaba Afri – a ver qué te dijo esa Reina que te dejó a ti precisamente así para tenerlo tan claro

- Pues hablaba con una chica que me encontré en una discoteca, me tonteaba claramente, me decía cosas al oído... ya sabéis

- Sigue joder – le apremiaba Miki, que siempre se quedaba fascinado con las historias de Natalia, al igual que yo

- El caso es que el rato de antes nos habíamos estado calentando otra chica y yo, pero ahora esta otra me estaba hablando y tal... de pronto noté como la chica con la que hablaba salía desplazada, y detrás de ella salió la primera, con la que había estado tonteando antes

- Y se liaron a hostias – dijo María

- Noooo, eso no me pone – dijo Natalia, y esta vez fue algo más descarada de lo que lo había sido hasta ese momento y me miró – se acercó a mi oído y me soltó "Si piensas follar esta noche con alguien que sea conmigo"

- HOSTIA TÚ – rompió María a carcajadas – Es que no sé si sabíais ese dato pero no hay nada que a Natalia le ponga más que cuando usan con ella lenguaje obsceno

- En cierto contexto, claro – aclaró Natalia riéndose

Todos rieron, la interrogaron, le preguntaron qué pasó tras eso, pero Natalia se negó a contar nada más, yo tenía claro que no iba a hacerlo, sabía que aquella chica era yo y que lo que pasó después de eso es lo mismo que yo había contado un rato antes, acabamos follando en el sucio callejón junto al Tetris.

CAUSA Y EFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora