Capítulo 101

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En los restos del asentamiento humano del túnel subterráneo de la línea 1 de Sokoincheskaya. Se miraba mayormente intranquilos a los soldados, civiles del súbito silencio, que se generó del anterior ajetreo que se oía venir, desde la otra parte del túnel.

Aun en medio de esa intranquilidad, silencio incómodo. Podía deslumbrarse, la figura de una madre abrazaba con ternura a su hija, le daba una sonrisa cálida. Para aliviar, el mal momento y dolor que mayormente ocultaba ella, por tener una proporción, quemada de su rostro y brazo por cubrirla de las llamas.

La hija notando que era abrazada con cariño, ternura. Le pregunto a su mama—Todavía te arde, duele la cara y el brazo derecho—Lo siento de verdad... si yo no hubiera...—

—Está bien... no tienes que preocuparte, yo daría todo por ti—Replico la madre y la abrazo más fuertemente. Para no olvidarse de la promesa, que hizo con su marido de protegerla a toda costa de los mutantes. En lo que él hacía de señuelo valientemente. Para que ellas mismas, pudieran huir en medio del mar de llamas que habían provocado los soldados, para frenar la llegada de los mutantes

En cambio, las personas de los alrededores, posaba su visión sobre el área del otro extremo del túnel y oyendo repentinamente pisadas claras, correr a toda velocidad. Observando con más cuidado uno por uno, todo el terreno, se percataron que no encontraron a nadie. Pero de pronto sus ojos se contrajeron de golpe y presenciaron el fuerte grito de agonía de un soldado, muy por delante de ellos. Convirtiéndose en múltiples pedazos de carne rebana.

Emiliano persiguiendo uno metros por detrás al mutante. Lo observo con desagrado, por lo que había hecho y pensando que en toda su persecución. Solo huía de él, por terror a confrontársele.

Aunque, quedo expectante a la escena. Sin embargo, el mismo se encontró velozmente, que sólo estaba saciándose con la carne de esa persona y comiéndola tranquilamente.

La gente en su lugar, empezó aterrarse, gritar y correr despavoridamente de como comía plácidamente, el cuerpo con utilizar sus garras de mondadientes, para acercarse la comida a la boca y masticaba escandalosamente en presencia de todos...

Emiliano ya no dando más oportunidad a otro ataque sorpresa. Dio un paso explosivo y veloz, que hizo que su imagen se hiciera tangible. Deshiciera, la invisibilidad de su aparato. Dando en revuelo su propia existencia, identidad para alcanzar y acabar al mutante en un santiamén.

Las personas del lugar, miraron con ojos aterrados. Como otro ser humanoide de color blanco se hacía presente. Paraba en frente de esa cosa y estiraba su mano izquierda y con la otra apuntaba, la extraña arma al cuerpo de la criatura. Presionaba en una milésima de segundo, el gatillo para generar un tipo de haz de luz.

Deshaciéndose, al minuto siguiente la éxtasis. Termino su ataque, miraron los espectadores con asombro, como la criatura se dividía en dos. Inmediatamente, los soldados, en nos ser más lentos y zopenco en absoluto, arremetieron con braveza a Emiliano y uno detrás de otro disparo una ráfaga de balas directo a él.

Dando ligeros pasos a un lado, eludió la primera balacera que sintió. Mientras saltaba hacia arriba en el aire para esquivar, las siguientes en menos de lo contado.

Pero, al presenciar su completa desaparición con esa maniobra. Todo el mundo, miro a todas partes esperando, ubicarlo concretamente en escena. Sin fijarse ninguno del techo, que estaba sobrevolando tranquilamente y apoyando contra espalda de él.

Aunque, por su parte Emiliano, al no oír la voz de su sistema de generar su ganancia efectuada. Observo detenidamente, al mutante que había atacado. Con solo un vistazo se dio cuenta que se intentaba regenerar y unir a toda costa. Creando en un instante, su universo estrellado dio de lleno a la figura del mutante con esferas de energía. En lo que los soldados se deslumbraban y observaban una vez más, como el extraño fenómeno que estaba ocurriendo justo allí y resplandecientes esferas doradas atacaban a los restos del mutante.

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