El cuarteto de villanos empezó su travesía el mismo día en que salieron de Vancouver y llegsron a San Francisco, este grupo de villanos se la pasaba conversando en el trayecto, Carmelita se sentía agotada por lo que decide dormir en el regazo de su madre mientras esta le llenaba de caricias.
Esmé sin duda estaba feliz por tener a una hija, al parecer su antiguo esposo no tenía ganas de tener hijos propios, estaba clarísimo que Esmé no era madre biológica de Carmelita porque en rasgos ni se parecían, por un lado tenemos a Esmé que tenía pelo rubio mientras que aquella adolescente tenía el pelo pelirrojo, su colores de piel tampoco concordaba porque Esmé tenía la tez clara intermedia mientras que Carmelita tenía tez blanco pálido sin embargo esta adolescente siente como que ella es su madre real.
-Yo creo que el Sr. Anderson nos mintió jefe– el hombre con verruga en el rostro comenta para que Esmé también pensara lo mismo.
-Lo ves hasta a mi me apoya con eso Omar, somos tres contra uno– ante esto Omar ignoraba lo dicho por la mujer que vestía a la moda para seguir conduciendo hasta Maryland.
Para no hacer la narración demasiado largo voy a resumir un poco el viaje, que sinceramente paraban cada media hora en un área de servicio que se encontraban por el camino, sin duda el viaje era cansador por el cual al llegar a Maryland en la madrugada estos deciden descansar en un hotel que estaba cerca de la mansión de aquella mujer Sara Foster.
A la mañana siguiente caminan a aquella mansión para comenzar a tocar el timbre de aquella mansión, no hubo respuestas de alguien ni un grito. Esta vez fue Carmelita quien tocaba el timbre de aquella mansión para que una mujer abriera.
-Hola, disculpe interrumpirla ¿usted es Sara Foster?– fue lo que pregunta Esmé Squalor viendo a la mujer a través de la puerta.
-No, ella es mi hija pero está adentro ¿desean algo?– la mujer decía a través de la puerta con ese pestillo puesto en la puerta.
-Si necesitamos hablar con ella de algo súper importante- Omar le regala una gran sonrisa a aquella mujer.
Esta mujer cierra la puerta para luego quitar el pestillo, abre por completo la puerta para que el grupo de villanos entraran en la casa.
-¡Hija tienes visitas!– grita la señora para que su hija viniera corriendo con un cuchillo.
-¿Qué es lo que queréis?– comenta la mujer con el cuchillo en mano.
-A los niños– Respondió el hombre con verruga en el rostro siendo golpeado en el brazo por Omar.
-¿Qué niños? ¿Mis hijos?– Ella estaba asustada ante las palabras de ese hombre con verruga.
-No, a los niños Baudelaire y Alexander García– Esmé respondía tranquila –podemos hablar como personas civilizadas, no tiene porque mostrarnos el cuchillo de forma amenazante– Esmé se acercaba lentamente a la mujer para quitarle el cuchillo.
-No se quienes son los niños Baudelaire ni menos de Alexander García– explicaba la mujer confundida ante los nombres de quienes lo buscaban.
-¿De verdad? ¿No estará usted confundida? Alexander García es su primo en cuarta generación– Omar estaba tratando de tranquilizar a la mujer.
-No recuerdo a ningún Alexander García en mi familia, no te acerques– ante esto últimos e lo dice a Esmé quien se estaba acercando lo más cerca posible a la mujer.
-¿Y qué hay del señor Anderson? ¿Lo conoce?– esta vez hablo Carmelita para que esta mujer se quedará completamente sorprendida ante lo dicho por la adolescente.
-Oh si claro el señor Anderson, era el esposo de mi hermana que en paz descanse, no sé que les haya dicho a ustedes pero aquí no hay ningún Baudelaire ni menos ese Alexander García– Esmé ya se había acercado lo más posible a aquella mujer que los amenazaba con el cuchillo.
En ese momento la mujer manda un estoque a Esmé que esta logra esquivar para que Esmé agarre el cuchillo y se lo clavará en el pecho.
La madre de aquella mujer comienza a gritar ante aquella escena que estaba viviendo, en ese momento Olaf quita la pistola del pantalón para apuntarle a la señora.
-Señora cálmese, solo ha sido un pequeño accidente– Omar estaba tratando de calmar a la anciana para que esta siguiera gritando.
-¡asesinos! ¡Auxilio!– gritaba la mujer desesperada ante la escena de su hija que estaba en el suelo viva todavía pero desangrándose.
Omar no tuvo otra alternativa que dispararle a la mujer para que esta finalmente cayera en el suelo dejando de gritar.
-Vámonos ya no hay nada que hacer en este maldito lugar, tenían razón, el Sr. Anderson nos mintió, le creía un buen amigo pero después de esta traición y mentira que nos acaba de meter, el se las verá conmigo cuando lleguemos a Vancouver nuevamente– Omar se acercaba a la cocina para encender la cocina dejándola así para que los demás salieran de la casa y se alejaran lo más posible, Omar enciende un pequeño palo de madera de fósforo par tirarlo al suelo, al soltarlo este corre lo más rápido posible a las afueras de la mansión de estas dos mujeres, al interior de la casa estaban también el hijo mayor y la bebe de la señora, el hijo mayor fue quien bajo por que cuando se quito sus auriculares no escuchaba la voz de su mama, pero al bajar este se da cuenta de que su madre estaba en el suelo con un cuchillo en el pecho este también siente la cocina encendida, justo cuando la va a revisar el lugar explota.
El auto robado por Omar se iba alejando mientras la casa comenzaba a explotar, es como si fuegos artificiales salían de aquella casa mientras los bomberos comenzaban a llegar al lugar de los hechos en ese tanto uno pasaba por al lado del auto robado por Omar.
-Ese Sr. Anderson me las va a pagar por haberme mentido, nadie le miente al conde Omar y se las verá conmigo– Omar estaba enfurecido por haber sido engañado por el Sr. Anderson.
- ¿Omar cual es el tan ansiado plan que tienes?– la voz de Carmelita interrumpía el enojo del conde para que este ve a la adolescente por el espejo retrovisor.
-Es secreto pero ya lo verán cuando lleguemos a Vancouver– Ante este comentario el mismísimo Omar comenzaba a reírse con todos los demás maléficamente.
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Mas eventos desafortunados
FanfictionSecuela de la serie El viaje de los hermanos Baudelaire: Violet, Klaus, Sunny y la pequeña Beatrice II, continua desde donde lo dejamos, habían pasado días desde que ellos salieron de aquella isla en forma de ojo con las letras de V.F.D. estaban sin...