Eventos desafortunados

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- ¿Qué haces viendo por el periscopio?– pregunto Omar en cuanto regresaba del baño de aquel submarino viendo a Carmelita con sus ojos en aquel objeto.

-¿Qué crees tú? Es obvio que estoy buscando a los zampabollos esos– Carmelita dejaba de ver por el periscopio.

-¿Por dónde vamos?– pregunto esta vez Omar cuando el hombre con verruga en el rostro le tocaba ver por aquel periscopio.

-Estamos por Venecia estamos teniendo mucho cuidado porque estamos atravesando el canal- comenta este hombre –no puedo creerlo–.

-¿Sucede algo?– Esmé dejaba su pinta uñas a un lado para ver al hombre con verruga.

-Los hemos encontrado– este hombre se apartaba para que Esmé tomará el periscopio para ver mejor.

Esmé alarga una gran sonrisa maliciosa para que esta viera como ellos se iban subiendo al yate de Alexander.

En el yate

-Bueno niños, desde ahora seré su capitán, vamos al primer lugar que es el arsenal de Venecia-.

El hombre enciende el motor de aquel yate para comenzar a manejarlo con mucho cuidado hasta llegar a aquel arsenal que era un museo de arte contemporáneo y un centro de preservación de navíos históricos.

Al llegar a ese lugar se percatan que habían cuatro personas paradas en tierra esperándolas, exactamente era el grupo del conde Omar.

-¿Qué demonios?– Klaus exclama al ver la presencia de ese detestable hombre.

-¿Cómo es posible que nos haya encontrado?– Violet me tenía en sus brazos mientras yo estaba durmiendo.

-No se preocupen niños yo me encargo de esto, ustedes váyanse– Dijo el señor Hathaway sorprendiendo a todos los niños.

-Pero señor Hathaway no podemos abandonarlo– dice Isadora con mucha preocupación.

-No se preocupen por mi estaré bien– el señor Hathaway le regala una sonrisa a Isadora para luego dirigirse a la salida de la cabina.

-Yo le acompaño mi estimado– comenta Héctor siguiendo al señor Hathaway quien asentía ante la petición de ese hombre.

Los mayores salen del yate para que el yate comenzara a dar marcha atrás, tanto Carmelita como Esmé corren al yate y saltan justo en el momento en que estos se alejaban llegando a la proa.

-Demonios– exclaman todos viendo a Esmé y a Carmelita frente a ellos.

-Niños ustedes se han comportado muy mal estos meses y estuvimos mucho tiempo buscándolos ahora es hora de volver a casa-.

-No iremos a ningún lado contigo– comenta Quigley.

Violet al ver a Carmelita no duda ningún momento para que esta se abalanzara sobre ella, Carmelita cae al suelo para que Violet comenzará a darle unos golpes.

-Maldita, mataste a mi novio –le gritaba Violet a esta chica quien trataba de protegerse de los golpes de aquella Baudelaire -te prometí que si te volvía a ver te mataría-.

Todos se acercan a Violet, su hermano fue el primero en que toma a su hermana para alejarla, lo mismo hace Esmé quien trataba de alejar a su hija Carmelita.

-Déjame decirte algo querida Violet– Carmelita se levanta del suelo con ayuda de su madre.

-No voy a escuchar nada de lo que salga de tu maldita boca– fue lo dicho por Violet tratando de soltarse del abrazo de su hermano menor –suéltame Klaus ella se debe una gran paliza por lo que hizo-.

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