Incendio en el aserradero

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Ya se podía oler a quemado, como si realmente estuviera pasando algo en este lugar.

-¡Auxilio no podemos escapar! –grita una de las personas que habían quedado encerradas en el aserradero.

Al escuchar este grito Grace guardo al instante la carta de su madre para darse vuelta al igual que los demás.

Rápidamente vamos a tratar de ayudar a las personas a salir pero el problema era grande, la puerta de aquel aserradero ya estaba en llamas, ellos al parecer no iban a tener escapatoria.

-¿Qué hacemos? –mi prima se estaba poniendo histérica por lo que estaba ocurriendo.

-No lo sé, es un grave problema no sabremos si alguien podrá tomar esa tabla de allí –comenta Charles al ver lo que impedía la salida del aserradero.

-Usemos la corteza de los troncos debería haber alguno que este suelto –comenta Emma.

Estuvimos buscando por el exterior del aserradero alguna corteza de tronco, al no haber ninguna corteza de tronco nuestro tío saca de sus bolsillos una navaja para cortar un pedazo de corteza de uno de los troncos que estaba en el exterior, lo dobla para luego acercarse a la puerta.

El fuego se estaba expandiendo demasiado como si de un experimento se tratará. Mi tío doblo la corteza para luego tomar esa tabla que impedía el paso para sacarlo al instante tirándolo junto con la corteza que comenzaba a incendiarse.

Las personas de adentro ya pudieron salir, nos quedamos viendo como el aserradero de la suerte se consumía e incluso el fuego llegaba más allá del aserradero específicamente a la consulta de una de las antiguas enemigas de los hermanos Baudelaire: Georgina Orwell.

-Demonios, ya nos hemos quedado sin aserradero –fue lo comentado por Charles al ver que finalmente el fuego había consumido el aserradero por completo -¿Quién ha sido capaz de hacer esto? –

-No lo sabemos Charles estuvimos todos contigo aunque creo que alguien pudo habernos seguido.

-¿Quién pudo haberles seguido? –Charles miraba confundido a Jason quién quería saber de quien hablaba.

-Seguramente nos siguió Carmelita, quizás no la conozcas pero es la causante de que nuestra mansión se haya incendiado –Kyle miraba como el aserradero finalmente caía al suelo.

-Recuerdo haber escuchado ese nombre, mi pareja fue quien me hablo de ella, de seguro ya saben quién es –comenta este hombre para que todos asintiéramos.

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