Casa de la jueza Strauss

9 2 0
                                    

El regreso a casa fue lo más cansador, nosotros estábamos muy sorprendidos ante lo que había pasado, no sabíamos que hacer en ese momento, tía Gabriela tenía razón no teníamos que haber venido a este lugar, menos mal que Angelica vino con nosotros sino algo le pudo haber pasado si seguía en ese lugar.

Volvimos a la ciudad a darnos un gran baño, era algo que nos hacía falta a todos, un gran baño para quitar las malas vibras que traíamos de esa Villa, definitivamente a ese lugar no volveríamos a ir en la vida.

-Ahora ¿debemos buscar a la jueza Strauss? –Mi primo Michael fue el que dijo esto en cuanto salió de los últimos de la ducha.

-En efecto sobrino, debemos hacerlo ahora mismo –nuestra tía fue quien hablo y tomo las llaves de la camioneta.

Nos dirigimos a la casa de la Jueza Strauss nos demoramos cinco minutos en llegar.

-Bueno niños hemos llegado a la casa de la Jueza Strauss a este otro lado tenemos la antigua casa del Conde Olaf –nuestra tía señalo la casa que parecía lúgubre y abandonada.

-Santo cielos –comenta la jueza ahora ya mayor de edad que iba llegando a su casa.

En ese momento nuestra tía al igual que nuestro tío Jason salió de la camioneta y nosotros también. En el momento en que nos reuníamos nuestros tíos abrazaban a la Jueza Strauss.

En cuanto se separan del abrazo, la jueza coloca una de sus manos en la boca sorprendiéndose cuando nos ve junto a nuestros tíos.

-Vaya pero sí que han crecido, queridos nietos –comenta de pronto la jueza Strauss.

-¿Nietos? –Kara estaba confundida ante lo que había dicho la Jueza.

-¿No les han dicho? –la jueza veía la cara de todos nosotros, nosotros solo nos mirábamos uno a otro confundidos.

-Jueza Strauss, ellos no lo saben –tío Jason se acercaba a la jueza para que el nos comenzará a ver –niños, ella es la madre adoptiva de los hermanos Baudelaire, de mi hermano y de los trillizos Quagmire –esta revelación nos deja sorprendidos a todos nosotros incluso a los mellizos Williams.

-¿Cómo que madre adoptiva y por qué nuestros padres nunca hablo de ello? –la Jueza nos quedo mirando aun con tristeza ante aquello que revelamos.

-Ellos querían presentarla personalmente ese mismo día que ocurrió el accidente en su mansión –Nuestra tía nos miraba para acercarse a nosotros.

-Seguramente querían protegerla de algo –nuestra tía nos miro con esmero.

-En realidad eso es cierto –la jueza cambiaba su cara de tristeza a una de preocupación –Será mejor que entremos en mi casa –comenta la jueza.

La jueza comenzaba a caminar en dirección a su casa, yo me quede mirando a nuestro alrededor dándome cuenta que estaba el auto de Carmelita a lo lejos. Hice la señal de V.F.D a mi tío para que este girara su cabeza.

Rápidamente mi tío corre en dirección a la jueza para empujarla tirándose ambos al piso, nosotros también nos tiramos al piso. Mi tío y la jueza quedaban lejos de la casa de esta última, Pronto la casa de la jueza explotaría por los aires. 

Mas eventos desafortunadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora