La octava carta

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El desayuno paso rápidamente, hubo un gran momento de silencio desde que Jacob nos dejo de hablar.

-¿Qué es lo que harás después de salir de este lugar? –Grace fue la primera en terminar el desayuno.

-Voy a volver a la isla y cuidar de su tía haré todo lo posible para que no salga lastimada –él dejaba el cubierto en el plato cuando terminaba de comer.

-Mándele saludos, estamos muy preocupados, ¿ella sabe que ellos están vivos? –Kyle miraba confundido a Jacob.

-¿Están vivos? –comenta este en silencio.

Nosotros solo asentíamos y sonreíamos para que el entendiera que realmente lo estaban.

-Está bien, yo le diré –comenta Jacob para luego levantarse del asiento –fue un gusto volver a verles niños.-

El finalmente se retira del payaso complaciente, nosotros tomamos rumbo a casa de nuestro tío.

Al llegar a la casa, nos acomodamos en el sofá de la sala de estar para leer la siguiente carta.

-Querido sobrinos, como les habrá dicho mi novio, yo estoy viva en la isla de la V.F.D. no les recomiendo venir, necesito estar bien escondida, tuve una breve charla con Charles quien trabaja en el aserradero de la suerte, me ha dicho que el hombre con barba pero sin pelo y la mujer con pelo pero sin barba estuvieron allá, no sabemos cuál fue el propósito de la visita de esos dos, así que les pido discreción no digan mi ubicación ellos podrían estar escondidos en el aserradero –leyó esta vez Kyle, mientras lo leía su cara era de completa felicidad.

-Bueno será ir a visitar a ese tal Charles –

-Estoy exhausto, el viaje fue muy cansador a decir verdad –comenta nuestro tío quien daba un bostezo.

-¿Eso quiere decir que iremos más tarde? –pregunto mi primo Michael ante la declaración de nuestro tío.

-En efecto, necesito mi siesta después de esa gran comida que hemos tenido en el desayuno.

Nuestro tío se dirigió a su recamara junto con tía Selene quien lo acompañaba tomada de la mano con él.

-¿Qué haremos mientras? –Alex pregunta con sinceridad mientras todos nosotros levantamos los hombros en plan de no saber que hacer realmente.

Nuestro tío durmió una hora, después de aquello se nos acercaba mientras nosotros estábamos en la sala de estar conversando.

-Ahora si es hora, debemos hacer ese viaje –comenta nuestro tío quien tomaba las llaves de la camioneta.

-Tío Jason ¿Cuanto demoraremos en llegar a ese aserradero? –Grace se levantaba del asiento haciendo un bostezo.

-Como unas dos horas más o menos niños –Jason toma el picaporte de la puerta para abrirlo.

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